El 2012 se presenta como un año bastante complejo para el sector vitivinícola, dado que cada vez más bodegas redireccionan sus cañones hacia
el mercado interno frente a las crecientes dificultades para
posicionarse en el exterior debido a los efectos del atraso cambiario.
En este contexto de mayor competencia, algunas bodegas están picando en punta para captar la atención de los consumidores y consolidar el proceso de posicionamiento de marca.
En este contexto de mayor competencia, algunas bodegas están picando en punta para captar la atención de los consumidores y consolidar el proceso de posicionamiento de marca.
Y en esta carrera, una de las bodegas que se prepara para dar el gran salto es Viñedos Urraca, el establecimiento ubicado en Agrelo, Luján de Cuyo, propiedad del reconocido empresario estadounidense John Langley.
Bajo el know how de la dupla conformada por el enólogo Walter Bressia y del ingeniero agrónomo y también enólogo Marcelo Casazza, la bodega está ultimando detalles para presentar, hacia fin de año, una línea de vinos de "calidad excepcional" a precios ultra competitivos, según apuntó Jean Pierre Bieri, gerente general de la compañía.
"Estamos avanzando en un proyecto que apunta a lanzar un vino pensado para un perfil de consumidor más joven, y con un dato clave: logrando la baja de algunos costos, queremos que esto termine impactando positivamente en el precio final y con una altísima calidad", acotó el empresario.
"Este proyecto nos está obligando a ser originales, a bajar costos fuera de lo que es el vino en sí, ya que no queremos comprometer en ningún momento la calidad. La idea es simple: presentar un vino más accesible, pero manteniendo el excelente nivel que caracterizó a Urraca en todos estos años", recalcó Pierre.
El gerente de la bodega se entusiasmó al momento de afirmar que "vamos a generar mucho ruido en el negocio vitivinícola, porque va a ser un concepto que todavía no existe en el mercado. Con esta nueva línea estaremos innovando y seremos muy originales, porque no estaremos construyendo sobre lo que hicieron ya otras bodegas. Vamos a competir con honestidad y abiertamente, y esto lo vamos a lograr sólo con un buen producto. El resto es marketing".
Rápidamente, Bieri se encargó de aclarar que "la clave pasará más que nada en bajar costos en los puntos en los que no se comprometa la calidad del producto, como todo el entramado logístico y de distribución".
El directivo adelantó además que "la línea va a llevar la marca Urraca, pero va a tener un nombre propio que va a generar sorpresa. Si Urraca generó entusiasmo, entonces estamos confiados en que vamos a sorprender nuevamente con lo que estamos planeando".
Sin embargo, no dejó de hacer hincapié en que sólo el producto que se encuentra dentro de una botella termina definiendo el éxito o fracaso de una bodega: "No vendemos cosméticos, para los cuales se puede armar un packaging impresionante pero en realidad se terminan vendiendo commodities. Esto es diferente: podés ponerle todo el marketing que quieras pero si el vino no convence, el negocio se desploma. Por eso apuntamos a la alta calidad, porque esto genera un recuerdo positivo entre los consumidores. Y esta experiencia positiva produce una asociación con la marca que es una de las claves de que un proyecto sea viable".
Al respecto, Bieri acotó que "con esta nueva línea y las que ya tenemos en el mercado apuntamos a construir hacia adelante y jamás decepcionar al consumidor. Y un punto clave es que no nos mueve el dinero. El dinero es un efecto de cómo hacemos las cosas. Este negocio no se hace en un Excel, se lo hace con pasión. Todo lo demás tiene corta vida".
Bajo el know how de la dupla conformada por el enólogo Walter Bressia y del ingeniero agrónomo y también enólogo Marcelo Casazza, la bodega está ultimando detalles para presentar, hacia fin de año, una línea de vinos de "calidad excepcional" a precios ultra competitivos, según apuntó Jean Pierre Bieri, gerente general de la compañía.
"Estamos avanzando en un proyecto que apunta a lanzar un vino pensado para un perfil de consumidor más joven, y con un dato clave: logrando la baja de algunos costos, queremos que esto termine impactando positivamente en el precio final y con una altísima calidad", acotó el empresario.
"Este proyecto nos está obligando a ser originales, a bajar costos fuera de lo que es el vino en sí, ya que no queremos comprometer en ningún momento la calidad. La idea es simple: presentar un vino más accesible, pero manteniendo el excelente nivel que caracterizó a Urraca en todos estos años", recalcó Pierre.
El gerente de la bodega se entusiasmó al momento de afirmar que "vamos a generar mucho ruido en el negocio vitivinícola, porque va a ser un concepto que todavía no existe en el mercado. Con esta nueva línea estaremos innovando y seremos muy originales, porque no estaremos construyendo sobre lo que hicieron ya otras bodegas. Vamos a competir con honestidad y abiertamente, y esto lo vamos a lograr sólo con un buen producto. El resto es marketing".
Rápidamente, Bieri se encargó de aclarar que "la clave pasará más que nada en bajar costos en los puntos en los que no se comprometa la calidad del producto, como todo el entramado logístico y de distribución".
El directivo adelantó además que "la línea va a llevar la marca Urraca, pero va a tener un nombre propio que va a generar sorpresa. Si Urraca generó entusiasmo, entonces estamos confiados en que vamos a sorprender nuevamente con lo que estamos planeando".
Sin embargo, no dejó de hacer hincapié en que sólo el producto que se encuentra dentro de una botella termina definiendo el éxito o fracaso de una bodega: "No vendemos cosméticos, para los cuales se puede armar un packaging impresionante pero en realidad se terminan vendiendo commodities. Esto es diferente: podés ponerle todo el marketing que quieras pero si el vino no convence, el negocio se desploma. Por eso apuntamos a la alta calidad, porque esto genera un recuerdo positivo entre los consumidores. Y esta experiencia positiva produce una asociación con la marca que es una de las claves de que un proyecto sea viable".
Al respecto, Bieri acotó que "con esta nueva línea y las que ya tenemos en el mercado apuntamos a construir hacia adelante y jamás decepcionar al consumidor. Y un punto clave es que no nos mueve el dinero. El dinero es un efecto de cómo hacemos las cosas. Este negocio no se hace en un Excel, se lo hace con pasión. Todo lo demás tiene corta vida".
Un proyecto que despega
Cabe destacar que Viñedos Urraca cuenta con 50 hectáreas propias en la zona de Agrelo, desde donde salen las uvas que dan vida a sus vinos de alta gama.
Actualmente, la bodega tiene un portfolio conformado por el Urraca Chardonnay 2009; Urraca Malbec 2008; Urraca Cabernet Sauvignon 2008; Urraca Primera Resera 2006 y su vino ícono, el Familia Langley Reserva Blend 2008, elaborado con Cabernet Sauvignon, Malbec y Merlot y que fue criado 18 meses en barricas de roble francés.
Si bien el portfolio por el momento está bastante acotado, el mismo muestra solidez, dado que viene cosechando importantes reconocimientos a nivel internacional, de la mano de Robert Parker y Wine Spectator, que les otorgaron 90 puntos o más a gran parte de sus etiquetas.
El proyecto comenzó a tomar forma cuando, a principios de 2005 -luego de recorrer durante un buen tiempo las principales zonas productivas de la Argentina-, Langley eligió el terroir de Agrelo para dar vida a sus primeros vinos.
Cabe destacar que el empresario, si bien es profesor de literatura, es mundialmente conocido por ser el productor de la serie estadounidense Cops, que está en el aire desde hace más de 20 años.
Más allá de esta nota de color, Langley es un gran amante del Malbec argentino. Es por ello que el varietal estrella de la Argentina se ha convertido en uno de los caballitos de batalla de Urraca en el exterior.
Sobre este punto, Bieri destacó las cualidades del Malbec que alumbró la bodega. Según su criterio, el estilo se despega un poco del estándar del mercado: "Nuestro Malbec nos llena de orgullo, porque hicimos algo distinto y pudimos ajustar el producto a las necesidades del mercado".
Al respecto, destacó que "bajo mi óptica,
en general esta variedad no se presta para beber sola, sin comida, por
ser un poco astringente. Esto nos empujó a encarar un gran desafío: elaborar un Malbec muy dócil,
que funcione bien con la comida, pero que también se pueda tomar sin
maridarlo. Para ello no apelamos a ningún truco enológico ni nada por el
estilo, simplemente hicimos una muy cuidadosa selección de barricas,
que nos permitió alumbrar un Malbec extremadamente aterciopelado".
Según Pierre, "un reconocido bodeguero argentino me dijo hace poco que este estilo que logramos es el Malbec del futuro. Esto me llenó de orgullo y me indicó que estamos en un muy buen camino".
Por Juan Diego Wasilevsky
Editor de Vinos & Bodegas
juandiego@iprofesional.com
(c) iProfesional.com
Según Pierre, "un reconocido bodeguero argentino me dijo hace poco que este estilo que logramos es el Malbec del futuro. Esto me llenó de orgullo y me indicó que estamos en un muy buen camino".
Por Juan Diego Wasilevsky
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