miércoles, 18 de abril de 2012

Risoterapia para combatir los trastornos alimentarios

Soy consciente de que hablar de risoterapia en intervención con trastornos alimentarios resulta chocante. Habitualmente hablamos de enfermedad, síntomas, resistencia, depresión, lucha… Por lo que hablar de la risa aparentemente no encaja en este turbio panorama que se describe con el trastorno. 

Considero que la risa puede ayudar a mejorar el afrontamiento de la enfermedad por parte de las personas afectadas y sus familias.

Después de 12 años trabajando con grupos de apoyo para familiares de personas con TCA, he podido comprobar el efecto de la risa sobre las familias, en su manera de enfrentarse al trastorno.

En los últimos años, siempre hay una sesión de risoterapia, al igual que de relajación, en alguno de nuestros programas de terapia de grupo.

La risoterapia estudia la influencia de la risa en la salud física y mental de las personas. Se ha comprobado científicamente que cuando reímos liberamos una gran cantidad de endorfinas que son responsables de nuestra sensación de bienestar.

Además de contribuir a un mejor afrontamiento de la enfermedad, tiene efectos positivos en problemas de sueño, de estrés, problemas respiratorios, cardiovasculares y un sinfín de enfermedades. 

Para poder profundizar en este apasionante tema, recomiendo la película de Patch Adams (1998), que protagoniza Robin Williams. Cuenta la historia de un chico que pasa su adolescencia con una grave depresión, superada la cual decide estudiar medicina, personalizando su acción médica, disfrazado de payaso, con métodos poco convencionales y locas sorpresas, con el objetivo de mejorar la salud de sus pacientes.

No se trata de olvidarse del problema y pensar sólo en reírse. Los trastornos alimentarios requieren un tratamiento adecuado para recuperar un óptimo estado de salud físico y mental. El objetivo de incorporar la risa en la intervención con las familias, es poder estimular emociones positivas, que con el trastorno parecen desaparecer, recuperar los afectos, las buenas sensaciones, para facilitar una actitud más optimista frente a la enfermedad.

En la risoterapia se utilizan técnicas para liberar la risa franca, espontánea, como son el juego, la expresión corporal, la danza, respiración y masajes, entre otras.

¿Adivinan cual es la sesión más valorada del programa de grupo?

Han acertado, la de risoterapia.

Fuente: alimentacionysalud.universiablogs.net

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