Si el diagnóstico se confirmara y los constantes dolores de cabeza de
personajes como Julio César, Napoleón Bonaparte, Claude Monet, Sigmund
Freud o Friedrich Nietzsche fueran catalogados como migrañas crónicas,
posiblemente todos ellos hubiesen dado algo del abanico de sus
conquistas por unos pinchazos de bótox. Un estudio cuestiona el grado de su efecto para aliviar este trastorno.
A los efectos rejuvenecedores de la famosa toxina botulínica A se le
añade, desde hace poco, un beneficio que todavía genera controversia: su
papel para aliviar constantes dolores de cabeza. El
tratamiento, que se lleva empleando en EEUU desde hace apenas dos años
y, de forma generalizada, desde el pasado mes de marzo en España, sigue
pasando cribas.
La última es el análisis realizado por Jeffrey L. Jackson, doctor del
Colegio Médico de Wisconsin (Milwaukee, EEUU) que ha investigado 27
estudios y un total de 5.313 pacientes sobre los que se ha estudiado los
efectos de esta toxina desde 1966 hasta el pasado mes de marzo.
El resultado, publicado en 'The Journal of the American Medical Association' (JAMA),
revela que mientras que el bótox no parece efectivo al tratar la
migraña episódica o las cefaleas tensionales crónicas, sí aporta
beneficios, aunque mínimos, al utilizarse como tratamiento preventivo en
aquellos aquejados de migrañas crónicas.
Cuando importa más la calidad que la cantidad
Centrándonos en la migraña, alrededor del 13% la población de los países desarrollados padece migraña,
es decir, dolor sólo en un lado de la cabeza que, a veces, viene
acompañado de náuseas, vómitos y gran sensibilidad al ruido o a la luz.
De este porcentaje, "el 20% tiene migrañas crónicas,
lo que les imposibilita para llevar una vida 100% normal", explica el
doctor Francisco José Molina Martínez, miembro del grupo de estudio de
cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
Este especialista se pregunta a qué llama beneficios 'mínimos' el
nuevo estudio. "El resultado de este análisis subraya que, teniendo sólo
en cuenta el número de días, los beneficios del tratamiento con bótox
es limitado para estos pacientes [pues al mes se reduce de tres a dos
días la reducción de los dolores]. Sin embargo, no tiene en cuenta que
para una persona que sufre dolores de cabeza al menos 15 episodios al
mes, durante cuatro o más horas al día, supone un alivio importante, ya
que el dolor es menos intenso y dura menos, por lo que se nota una mejoría clara en la calidad de vida funcional de estos pacientes", puntualiza.
Por su parte, el doctor Jackson comparó este tratamiento con el uso
de placebos u otros medicamentos dirigidos a mitigar estos dolores, de
los que descubrió que los resultados del bótox eran mínimamente mejores
en el caso de las migrañas crónicas, cuando no iguales en los casos de
migrañas transitorias o cefaleas tensionales.
Sin embargo, para Molina estos resultados no son óbice contra el bótox, "ya que no difieren de lo que ya se sabía hasta ahora y para lo que está dirigida esta terapia",
recuerda. En octubre de 2010, la Agencia que regula los medicamentos y
productos sanitarios en EEUU (FDA) aprobaba la toxina botulínica A para el tratamiento de migrañas crónicas.
Hasta hace poco en España se seguían unos protocolos especiales para
tratar a unas pocas personas que sufrían esta dolencia, pero esto ha
cambiado desde marzo de este año, con su aprobación en nuestro país,
pudiendo ahora utilizarse esta terapia más fácilmente.
"Existen muchos tipos de cefaleas que requieren un tratamiento u otro
y también depende del propio paciente. Ni siquiera todos los que sufren
migrañas crónicas son tratados directamente con bótox. Normalmente, se
les procura tratamientos con otros medicamentos y, si no hay mejoría, se
acude a esta toxina, que además tiene la ventaja de que se puede compaginar con otros medicamentos sin sufrir efectos secundarios", explica Molina.
Este tratamiento consiste en la inyección de "pequeñas cantidades de
bótox de forma subcutánea en el perímetro de la cabeza, como la frente,
nuca... Se dan 20 o 30 pinchazos cada tres meses, ya que su efecto es
limitado en el tiempo. En cuanto a algunos efectos adversos como la
caída temporal del párpado y otros, es muy difícil que ocurran si quien
lo inyecta es un profesional", comenta Molina.
Para este especialista, "para un porcentaje elevado de pacientes que no han respondido a otros tratamientos, el bótox ayuda a hacerles la vida más fácil, aunque, como dice el estudio, no reduzca drásticamente el número de dolores de cabeza al mes".
Fuente: elmundo.es
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