Si echa un vistazo a su alrededor, seguro que conoce a más de una
persona que ha decidido eliminar el gluten de su dieta, convencida de
que le sienta mal y es la causa de sus molestias digestivas. En EEUU,
esta moda ha ido más allá y cada vez son más quienes eliminan este nutriente de sus vidas, incluso estando completamente sanos.
Como explica a ELMUNDO.es el doctor Eduardo Arranz, presidente de la
Sociedad Española de Enfermedad Celiaca, la celiaquía es un tipo de
intolerancia al gluten mediada por una serie de mecanismos
inmunológicos, y que se diagnostica mediante una biopsia intestinal que
analiza el estado de las vellosidades. "Sin embargo, existe cada vez un
mayor número de personas con unos síntomas parecidos, con digestiones pesadas, molestias abdominales, cansancio crónico, diarreas... pero con un diagnóstico negativo de celiaquía".
Esa sensibilidad al gluten sin enfermedad celiaca es un problema
creciente, como confirma la presidenta de la Asociación de Celiacos de
Madrid, Manuela Márquez. "De hecho, en nuestra próxima asamblea hemos
decidido cambiar nuestra denominación y pasar a llamarnos asociación de
celiacos y otras reacciones adversas al gluten".
Una decisión que esconde el diagnóstico
Muchas de estas personas que antes iniciaban un peregrinaje de
médicos en busca de un 'nombre', de un diagnóstico a sus molestias,
deciden cada vez más eliminar el gluten de su dieta como principal
'sospechoso'. "El problema es que con esa decisión, nuca llegaremos a
saber la causa real de su malestar", explica Arranz, investigador del
Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de Valladolid.
Coincide con él Miguel Ángel Martínez Olmos, investigador del Centro
de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y
Nutrición (CIBERobn) y endocrino del Complejo Hospitalario de Santiago.
"Una dieta sin gluten puede enmascarar el diagnóstico, y la celiaquía es
algo importante que hay que tomarse en serio", explica. "El único
tratamiento es retirar el gluten de la dieta de por vida, para evitar secuelas a largo plazo, como osteoporosis o algunos tumores". Por eso, añade, no vale 'autodiagnosticarse' y, menos aún, hacer una dieta sin gluten sólo a medias.
"En la mayoría de los casos, cuando una de estas personas abandona el
gluten sí se siente mejor, pero puede existir cierto efecto placebo",
añade Arranz. Además, matiza, suele ocurrir que estos 'celiacos por
elección' le prestan más atención a su dieta al tomar esa decisión, o sustituyen el gluten con alimentos más sanos, incrementan el consumo de frutas y verduras...
Al médico antes de hacer dieta
La asociación de celiacos madrileña en su página web también alerta
contra la dieta previa a un diagnóstico: "No debe iniciarse una dieta
sin gluten sin haber realizado previamente una biopsia intestinal que lo
justifique. La prescripción de esta dieta, sólo porque haya sospecha de
intolerancia a esta proteína o por el resultado de los anticuerpos
específicos elevados, sin haber realizado una biopsia intestinal que lo
confirme, es un error que se comete con frecuencia y lo único que se consigue es retrasar o enmascarar el diagnóstico de una posible enfermedad celíaca".
Por eso, Arranz insiste en que se busque siempre en primer lugar el
consejo de un médico, incluso en el caso de personas que sí responden a
una dieta sin gluten. Como decía esta semana un artículo en el diario
estadounidense 'Los Angeles Times',
esta proteína presente sobre todo en el gluten, se ha convertido de
alguna manera en el 'nuevo villano' de la dieta, y cada vez son más las
familias que optan por eliminarlo de sus platos (prescindiendo de trigo,
cebada, centeno e incluso avena), convencidos de que así llevan una
dieta más sana.
Y, aunque es cierto que "es más difícil de digerir", explica Arranz,
no existe ninguna evidencia sobre los beneficios que puede tener una
dieta 'gluten free' en una persona sin celiaquía ni intolerancia. "El
gluten no es un tóxico", certifica Martínez Olmos, "se trata de una
sustancia que provoca una reacción inmunológica en algunas personas. En
el reto, salvo justificación, se puede llevar una alimentación completamente sana con gluten. Obviarlo no aporta ningún beneficio".
De hecho, la última en apuntarse a la dieta sin gluten ha sido la
actriz Miley Cirus, que después de proclamar su intolerancia ha animado
"a cualquiera a eliminar esta sustancia durante una semana. Los cambios
en tu piel, en tu salud física y mental son increíbles", se ha atrevido a
proclamar, para sorpresa y ante la crítica de los especialistas
estadounidenses que sostienen que algunos de los cereales con los que se reemplaza el trigo pueden contener poca fibra.
"Por eso es importante un diagnóstico y seguir el consejo de un
especialista para que la dieta siga siendo sana y equilibrada", alerta
el especialista gallego.
Ya en 1981, un estudio publicado en la revista 'Gastroenterology'
calculaba que seis de cada ocho pacientes con diarreas crónicas y dolor
abdominal tenían sensibilidad al gluten sin ser celiacas. Desde
entonces, reconocen los especialistas, el número de afectados ha
aumentado significativamente. En parte por las dificultades para
diagnosticar esa especie de 'cajón de sastre'; pero también al calor de
las modas y lo que puede leerse en internet. "Simplemente porque muchos
de ellos han escuchado a alguien decir que es sano dejar el gluten,
porque es más fácil echarle la culpa a la comida", corrobora Martínez Olmos.
Una encuesta publicada en el año 2007 señalaban que el 8% de la
población en EEUU buscaba productos sin la proteína 'maldita' cuando iba
al supermercado, y muchas familias con algún miembro celiaco optan por
ampliar la dieta a todos sus miembros para simplificar la compra y la
cocina. Para quienes sí han sido diagnosticados como celiacos, eliminar el gluten de su dieta de por vida
sí es el único tratamiento existente hoy en día y que, aunque no es
curativo, sí permite proteger sus vellosidades intestinales y evitar
problemas a largo plazo como anemia, osteoporosis o incluso algunos
tipos de cáncer.
Fuente: elmundo.es
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