La industria del vino de Brasil está pasando por uno de sus peores momentos.
El director ejecutivo del Instituto Brasileño del Vino (Ibravin), Carlos Paviani, manifestó al respecto que la tendencia entre 2006 y 2011 fue de un "estancamiento" de ventas de los productos nacionales, a pesar de que el mercado local aumentó 35 por ciento.
Incluso, Paviani fue claro en una reciente nota realizada por Gerardo Lissardy para la BBC Mundo: "Si sigue esta estructura, en menos de 15 años desaparece la producción brasileña de vinos finos".
"Es una cuestión de supervivencia", sentenció el especialista.
Por esta razón, y pese a que el 21% de todos los vinos finos comercializados en el país vecino fueron nacionales -es decir, un 7% más respecto al año anterior-, se analizan medidas para aumentar aún más la participación en el mercado brasileño.
En este escenario, Ibravin presentó el año pasado la solicitud de salvaguarda al ministerio brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, para poder reorganizarse en un período de tres años.
El organismo anunció formalmente el 15 de marzo que veía razones suficientes para iniciar la investigación y, si el reclamo es aceptado, podría derivar en una imposición de cuotas o aumento de aranceles a la importación de vinos en Brasil.
Paviani afirmó que el mercado del país vecino es visto con un creciente interés por productores mundiales debido al aumento del consumo en el país, asociado a los progresos recientes que lo convirtieron en la sexta economía mundial.
"Hay vinos de sobra en el mundo (y) están viendo a Brasil como una especie de tabla de salvación, es uno de los pocos países que tienen perspectiva de aumento de mercado", señaló a BBC Mundo.
Los mayores exportadores de vinos de ese país son, por orden de volumen, Chile, Argentina, Italia, Portugal, Francia y España, y una salvaguarda debería afectar sobre todo a los productos provenientes de fuera Mercosur.
Incluso, Paviani fue claro en una reciente nota realizada por Gerardo Lissardy para la BBC Mundo: "Si sigue esta estructura, en menos de 15 años desaparece la producción brasileña de vinos finos".
"Es una cuestión de supervivencia", sentenció el especialista.
Por esta razón, y pese a que el 21% de todos los vinos finos comercializados en el país vecino fueron nacionales -es decir, un 7% más respecto al año anterior-, se analizan medidas para aumentar aún más la participación en el mercado brasileño.
En este escenario, Ibravin presentó el año pasado la solicitud de salvaguarda al ministerio brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, para poder reorganizarse en un período de tres años.
El organismo anunció formalmente el 15 de marzo que veía razones suficientes para iniciar la investigación y, si el reclamo es aceptado, podría derivar en una imposición de cuotas o aumento de aranceles a la importación de vinos en Brasil.
Paviani afirmó que el mercado del país vecino es visto con un creciente interés por productores mundiales debido al aumento del consumo en el país, asociado a los progresos recientes que lo convirtieron en la sexta economía mundial.
"Hay vinos de sobra en el mundo (y) están viendo a Brasil como una especie de tabla de salvación, es uno de los pocos países que tienen perspectiva de aumento de mercado", señaló a BBC Mundo.
Los mayores exportadores de vinos de ese país son, por orden de volumen, Chile, Argentina, Italia, Portugal, Francia y España, y una salvaguarda debería afectar sobre todo a los productos provenientes de fuera Mercosur.
Fuente: iprofesional.com
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