miércoles, 1 de septiembre de 2010

Tipos de saciedad y cómo favorecerlas para adelgazar sin hambre


La saciedad es lo que pone fin al hambre en el organismo y determina el tiempo de ayuno entre una comida y otra.

Conocer los tipos de saciedad y cómo favorecerlas sin duda es de gran ayuda al momento de adelgazar sin hambre, pues intentaremos sentir saciedad escogiendo alimentos que la producen sin aportar muchas calorías.

Así, te mostramos los tipos de saciedad y cómo favorecerlas:

  • Saciedad mecánica: está relacionada con el volumen de los alimentos y con su dificultad de masticación y digestión. Así, a más volumen más saciedad y a mayor masticación también. Como podemos ver, una ensalada de lechuga con gran volumen, no aporta muchas calorías y necesita masticarse, por lo tanto, resulta ideal para adelgazar. Al mismo tiempo, todos los alimentos ricos en fibra necesitan más masticación y tardan más en digerirse, por ello, sacian más. Es importante agregar que los sólidos producen más saciedad que los líquidos, por eso, mejor elegir bebidas sin azúcar ni alcohol que aporten calorías.
  • Saciedad química: se vincula a los nutrientes que componen el alimento. Las proteínas dan más saciedad que el resto de los macronutrientes, seguidas de los hidratos de bajo índice glucémico y por último, grasas y azúcares. Así saciará más una ensalada de arroz integral con clara de huevo y vegetales que un huevo frito y una gaseosa, pero la primer preparación aporta menos calorías, y por ello, resulta ideal para adelgazar sin hambre.
  • Saciedad cognitiva: está relacionada con lo aprendido y con lo cultural. Por ejemplo, si en mi país se acostumbra a comer preparaciones saladas y calientes como almuerzo, comer 400 calorías en galletitas dulces no saciará tanto como comer 1 filete de pescado con verduras grilladas que aporta igual de calorías, pero llena más.
  • Saciedad hedónica: vinculada al placer de comer. Es decir, es probable que si comemos lo que nos gusta y queremos nos saciemos más que si comemos lo que debemos. Por ejemplo: en una fiesta está mi pastel preferido pero también, hay ensalada de frutas. Yo opto por esta última porque posee menos calorías, pero no me sacio, sigo con mi mente puesta en el pastel. Así, culmino comiendo una porción de mi pastel preferido y finalmente, he comido más calorías que si inicialmente hubiera atendido a mis deseos de comer algo que me gusta.

Como podemos ver, no sólo los nutrientes y las características físicas influyen en la saciedad, sino también, la cultura, lo aprendido, el placer y el gusto por los alimentos. Recuerda todo esto y verás que podrás elegir mejor al momento de adelgazar sin pasar hambre ni sufrimiento.

Fuente: vitonica.com

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