Carlos explica las diferencias de la industria de chacinados. "La primera división es entre la salazón y los embutidos. La primera sale de los grupos musculares, como el jamón o la bondiola, y en la segunda están los productos rellenos en tripas, como el salamín". Ellos elaboran ambas, y dentro de los embutidos hay una línea de puro cerdo y otra de cerdo y vaca (como la longaniza y salamín tandilero). Entre los de cerdo, elaboran "las especialidades" con recetas de espíritu europeo: chistorra con pimentón, holstein, longaniza húngara o sopressata realizada con carne de jamón y dados de tocino cortados a mano.
Los ingredientes de los embutidos son la carne (cerdo, vaca), el tocino (que le da sabor), la sal y las especias, que ayudan en el secado, uno de los momentos más importantes. Las estufas o cantinas deben crear la temperatura y humedad exactas para generar el emplume, esa especie de capa blanco-grisácea que empieza a cubrir el salamín. Aunque a muchos les causa impresión, el emplume es lo que asegura que la humedad interior salga y no pudra el producto. Son colonias de hongos buscados, y en muchos lugares se consume el producto sin quitarle esa capa.
El salamín perfecto debe tener curva, un calibre de 43 a 48 milímetros de diámetro y estar emplumado. El momento del consumo es personal; "es como la carne en el asado, cada cual lo come a su gusto -dice Panighetti-. Aunque los puristas me quieran matar, para fines prácticos, si está muy fresco se puede guardar en el cajón de las verduras".
Las Dinas está ubicada a 5 minutos del centro de Tandil. Se puede visitar y comprar in situ. En Buenos Aires se consiguen en casas de delikatessen y algunos súper ( www.lasdinastandil.com.ar ).
Fuente: lanacion.com
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