viernes, 24 de septiembre de 2010

El AB de la gastronomía afrodisíaca

Por Alejandro Maglione
Especial para lanacion.com

Un viejo diccionario
A veces sucede que de alguna biblioteca familiar uno toma libros al acaso. Y a mí sucedió tomar algunos que quedaron olvidados en los estantes de las variadas bibliotecas que hay por todos lados de la casa que habito. A veces, muy de tanto en tanto, se hace un recorrido por los estantes para limpiar y de paso repasar un poco los libros que están esperando una lectura o hasta una relectura.

Así, de pronto apareció en mis manos un Diccionario de Afrodisíacos, donde, al ponerme a leer advertí que había nutrida información que los lectores seguramente sabrían valorar, como buenos sibaritas o aspirantes a serlo, que por lo general ignoran los aportes a su vigor que pueden hacer productos gastronómicos bastante cotidianos.

AB
Literalmente examiné las primeras dos letras de este ilustrativo diccionario, de allí que los productos vinculados a la gastronomía que iré enumerando siguen el correspondiente orden alfabético. Hecho esto, aguardaré el comentario de los lectores, para ir avanzando en otras letras, lentamente, salvo que el clamor me obligue a un recorrido más apresurado que responda a ansias intelectuales o de otro tipo. Aquí va:
La mejor forma de seducir a una mujer es a través de la comida. Acá hacemos un repaso por un diccionario que nos cuenta cuáles son las comidas más sensuales. Por Alejandro Maglione
Absenta. Desde la antigüedad el ajenjo, ingrediente principal de esta bebida, estaba dedicado a la diosa Diana, también conocida como Artemisa, de allí que el nombre científico sea Artemisia absintium. Los ingleses la llaman Green Ginger, es decir, jengibre verde, o Old Woman, que significa Vieja Dama. No, no tengo la menor idea de porqué lo de Vieja Dama, pero sí sé que es una bebida que mejor hay que consumirla con muchísimo cuidado, porque un desborde, por pequeño que sea, lleva directo a la locura. Mejor evítela y avancemos sobre otras propuestas más inofensivas.

Aceites de arroz, de castor y de vainilla. El primero en realidad se obtiene de las hojas verdes de una planta que se llama Ruta graveolens. El segundo lo utilizaban los indios americanos. El tercero, muy usado en perfumería, parte de la Vainilla planifolia. La verdad, no le recomendaría ninguno, salvo el último más que nada por sus comprobadas virtudes gastronómicas y punto. Lo que venga por añadidura considérelo bienvenido.

Aelio. Este hombre era uno de esos médicos alejandrinos del siglo II, y se le ocurrió recomendar la cola de lagarto para garantizar las propiedades viriles. En la infancia confieso haber visto a los paisanos en el campo cazar las iguanas y comer su cola. Como nunca tuve el coraje suficiente para hacer este abordaje, y la edad no me hubiera ayudado para confirmar sus virtudes.no sé, si quiere vaya, cace un lagarto y cuéntenos a todos como le fue. Personalmente: paso.
La mejor forma de seducir a una mujer es a través de la comida. Acá hacemos un repaso por un diccionario que nos cuenta cuáles son las comidas más sensuales. Por Alejandro Maglione
  • Ilustración de una escena de Gargantúa por Gustave Dore
Afrodisíaco hipocrás. En realidad esto debería estar en la "H" pero vaya uno a saber porqué el recopilador medio apurado lo mandó en la primera letra. Era bien conocido desde la antigüedad y se dice que su fórmula infalible es: vino tinto de Borgoña mezclado con jengibre, canela molida, clavo, vainilla y azúcar blanco. De este misterioso producto dice Rabelais en Gargantúa y Pantagruel que es una bebida muy saludable para el estómago. Sé de un amigo abogado que ha hecho este preparado con fines de estudio. No ha dado a conocer aún el resultado de su investigación.

Afrodisíacos del siglo XVII. Aquí se recurre a un experto de la época, el doctor Nicolás Venette, médico francés que escribiera una obra fundamental para los aspirantes a enamorados: Tableau de l'amour conjugal. Venette se despacha con un listado de productos gastronómicos como la leche, el vino dulce, los testículos de gallo, la yema de huevo, los camarones, los cangrejos de río, el caracú de vaca, el ajo, los alcauciles, los langostinos, y alguna que otra vitualla.

Afrodisíacos inocuos. Así los denomina el poeta romano Ovidio en su Ars amatoria, y lista a los huevos, la miel, la cebolla, el repollo silvestre y las piñas. Por ahí dice textualmente: "hay quien aconseja tomar la nociva planta de ajedrea.O mezclan la pimienta con la semilla de la irritante ortiga y con pelitre amarillo triturado en vino rancio.Tómense cebollas blancas enviadas desde la ciudad pelásgica de Alcathous." Evidentemente, la cosa no luce práctica. Avancemos.

Agua angélica. Engañoso nombre si los hay, para un afrodisíaco. Su origen se cree que fue en Portugal y se popularizó en el siglo XVIII. Parece que el secreto es: agitar agua de flores de naranjo, medio de agua de rosas y un cuarto de agua de mirto, y se añaden dos tercios de licor destilado de almizcle y dos tercios de ámbar gris. Huuumm, ¿porqué será que desconfío de este menjunje.?

Ají o pimiento. Mire por donde iba la cosa cuando uno ve a tantos amigos que le rinden culto a este producto. Parece que en 1132, Pedro el Venerable, un santo varón sin duda, le prohibió a los sufridos monjes de Cluny el consumirlos por sus probados efectos afrodisíacos. ¿Habrá dado resultado esta prohibición? Sin comentarios.

Albahaca. A uno que le gusta tanto el pesto, y ahora viene a descubrir un escrito de comienzos del siglo XIX, donde un médico anónimo dice de ella: "cubre las deficiencias de Venus.". Al día de hoy, en determinadas regiones de Italia la albahaca cumple la función de un amuleto amoroso. Con probar, no se pierde nada.

Alcaparras. Se consideran tan poderosos sus efectos, que en libro bíblico Eclesiástico, 12, 5 su nombre se usa como sinónimo de deseo sexual, y recomienda eludir su uso. Mi madre era fanática de la salsa tártara que las contiene en abundancia.No sé que pensar.
La mejor forma de seducir a una mujer es a través de la comida. Acá hacemos un repaso por un diccionario que nos cuenta cuáles son las comidas más sensuales. Por Alejandro Maglione
Armagnac. Esta deliciosa bebida era la favorita de Enrique IV de Francia, fundador de la dinastía borbónica, para prepararse a un abordaje amoroso. Claro que solo bebía una copa pequeña. Así que si prueba, lo aconsejable es la moderación.

Arroz. Son los hindúes que le prestan mucha atención al arroz. Su texto fundamental de erotología, el Ananga-Ranga, aconseja una mezcla de arroz silvestre mezclado con miel por partes iguales y comido al anochecer. Otra receta infalible es preparar una bebida con huevos de gorrión, arroz, hervirlos en leche y finalmente se le añade miel y leche clarificada. El que haga la prueba, avise así le contamos al resto como le fue.

Ascalonia. El romano Marcial escribe: "Si el tiempo, envidioso, afloja los lazos nupciales, tu alimento serán los chalotes y tu banquete, la ascalonia". De donde esta cebolla pequeña debe formar parte de nuestro consumo habitual en salsas y ensaladas.
La mejor forma de seducir a una mujer es a través de la comida. Acá hacemos un repaso por un diccionario que nos cuenta cuáles son las comidas más sensuales. Por Alejandro Maglione
Azafrán. No podía faltar. Terminar la letra sin prestarle la atención debida era perderse lo mejor. Los árabes recomiendan una mezcla medio complicada: azafrán, flores de naranjo, dátiles secos, anís, zanahorias silvestres y yema de huevo. Se hierve todo en agua clara, junto con miel y (veníamos bien y al llegar aquí derrapamos) la sangre de dos palomas recién sacrificadas.

Brillat-Savarin. El afamado autor de la Fisiología del Gusto, nos decía a comienzos del siglo XIX que había que privilegiar el consumo de trufas, porque: "hacen a las mujeres más amigables y a los hombres más amorosos".

Conclusión
En realidad la conclusión es que me pregunto que hacía este libro en mi casa familiar. ¿Quién lo compró y para qué? Somos cuatro hermanos, así que mi padre no parecía precisarlo.Y ya vió que al "A" venía con abundantes propuestas, pero la "B" se mostró mucho más austera. En el tintero quedaron esas sugerencias gastronómicas medio asquerosas como los excrementos de yacaré que proponía el poeta Horacio. Si todo esta cháchara lo aburrió, no dude, use la famosa pastillita celeste, y si no, volveremos sobre el tema.

Fuente: lanacion.com

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