Un pollo entero sin piel ni vísceras
Una taza y media de vino blanco
Una cabeza de ajos
Orégano fresco media taza (la mitad si es seco)
Dos cucharaditas de aceite de oliva
Sal y pimienta
Agua hervida caliente
En un recipiente pequeño mezclar el aceite de oliva con sal y pimienta y conseguir un medio más o menos líquido agregando vino blanco, en cantidad necesaria y moviendo con una cucharita para que se integren todos los elementos.
Retirar la piel del pollo y con una brocha de cocina, pincelar con la mezcla todo el pollo, por la pechuga y el dorso.
En una cacerola con aceite de oliva y caliente, dorar el pollo por ambos lados y retirar. Desglasar la cacerola con el vino blanco.
Introducir la cabeza de ajo dentro de la cavidad abdominal del pollo y regresar a la cacerola, dejando hervir a fuego medio por alrededor de una hora, de acuerdo al tamaño del pollo, controlando el nivel de líquido y agregando agua hervida caliente si fuera necesario.
Corregir la sal. Retirar la cabeza de ajo y las alas, deshuesar las pechugas haciendo un corte al costado del cartílago del centro y separando con los dedos, retirar los filetes (sasami ) que quedan en parte inferior de la pechuga.
Separar pierna del muslo. (Esta parte del pollo y las alas, no deben comerse estando a dieta). Reducir (depende la cantidad de salsa que se quiera obtener) o calentar la salsa, corrigiendo el punto de sal. Servir con la salsa caliente
Acompañamiento:
Se puede acompañar con papas al horno, o ensalada de verduras o media taza de arroz. También se pueden pelar los dientes del ajo cocido dentro del pollo, y agregar sal, un chorrito de aceite de oliva y perejil picado, y comerlos como parte del acompañamiento, solo si no está a dieta
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