En primer lugar vamos a destacar de la pera su alto contenido en líquidos. El agua es un componente fundamental de esta fruta, que la convierte en un alimento con un bajo contenido calórico. De hecho es una de las frutas más recomendadas en toda dieta de adelgazamiento, por ser una de las que menos calorías tiene. Junto a esto hay que destacar que su contenido en hidratos de carbono no es elevado, pues contiene en torno a un doce por ciento. En el caso de las grasas y las proteínas es muy pobre, ya que no se encuentran apenas cantidades relevantes de estos nutrientes.
A pesar de todo, la pera es rica en otros nutrientes básicos para el organismo. Destacables son los aportes de vitaminas que nos brinda, y es que contiene altas cantidades de vitamina C, concretamente en torno al veinte por ciento de su contenido, al igual que el ácido fólico, que contiene casi un diez por ciento. Junto a esto hay que destacar el aporte de vitamina B que nos brinda, así como la vitamina E, necesaria para el correcto funcionamiento de los diferentes órganos del cuerpo.
Pero no solo de vitaminas se compone la pera, sino que además contiene otra serie de sustancias que son beneficiosas para el organismo, como la pectina, que se encuentra en su piel y que representa uno de los mejores depurativos que existe para el organismo. Por ello es esencial que incluyamos en nuestra dieta este tipo de alimentos para mejorar nuestro estado general. Junto a esta sustancia hay que destacar la levulosa, que convierte a esta fruta en una de las mejor toleradas por los diabéticos, ya que controla los niveles de azúcar en sangre.
Junto a esto nos aporta cantidades nada despreciables de hierro, yodo y potasio entre otros minerales, que son imprescindibles a la hora de conseguir un buen equilibrio orgánico. Es por ello una fruta que no debemos desterrar de la dieta, y sobre todo en otoño, época en la que podemos disfrutar de todas sus variedades al completo.
Fuente: vitonica.com
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