En el verano de 2008, algunos medios de comunicación de EEUU acuñaron un término nuevo: pregorexia,
que trata de describir a las embarazadas que reducen la ingesta
calórica y se exceden en la práctica de ejercicio con el fin de
controlar el aumento de peso durante el embarazo.
La repercusión de este tema se remonta a 2004, cuando en Nueva York
se conoció un documental titulado 'El pequeño golpe perfecto'. En él se
daban detalles de la vida de las mujeres impacientes por alcanzar el
cuerpo 'perfecto' del embarazo. ¿Existe de verdad la pregorexia? ¿Es una
invención de los medios o una preocupación verdadera de los
especialistas?
La anorexia en el embarazo sí existe, tal y como reconoce la
literatura científica y todos los especialistas consultados por
ELMUNDO.es. Es una dura realidad que sobrepasa a la bautizada como
pregorexia a la que se le han puesto, incluso, caras conocidas:
Nicole Kidman, Angelina Joli o Victoria Beckham. Begoña Olartecoechea,
del departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad
de Navarra, reconoce que "son pocos los casos de las mujeres que
rechazan las ganancias de peso en el embarazo, pero sí es frecuente que
las pacientes se cuiden, para ajustar el incremento de peso con lo
estrictamente necesario, sin que se acumulen kilos de más que después
habrá que perder".
"En el momento de recuperación parcial, existe la posibilidad de embarazo"
En la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital Gregorio
Marañón de Madrid, el psiquiatra Ignacio Basurte trata 100 casos nuevos
de anorexia al año, aunque no todos son en embarazadas. "La edad media
de nuestras pacientes gestantes es de 30 años. Sabemos que los
trastornos de la alimentación afectan al 5% de la población y dentro de
este porcentaje hay casos leves y casos más graves. Aunque la mayoría de
los bebés de las mujeres con anorexia nace sano, lo cierto es que en
los casos más graves nos vamos a encontrar con
dificultades", declara Ignacio Basurte, de la Unidad de Trastornos de
Alimentación del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Seguramente una de las primeras dudas que estén asaltando a los
lectores de este artículo sea: ¿Cómo es posible que una paciente
anoréxica se quede embarazada cuando la enfermedad causa la pérdida de
la ovulación?
Tener hijos es posible
El doctor Basurte responde. "Muchas de las pacientes que atendemos
son enfermas de evolución y no es infrecuente que a lo largo de este
proceso veamos formas incompletas de anorexia o cambios
de anorexia a bulimia. En ellas, podemos tener pacientes anoréxicas con
ciclos menstruales adecuados, al igual que en la bulimia y en el
trastorno por atracón. Actualmente, también se sabe que para quedarse
embarazada, no depende tanto del peso o la grasa acumulada, sino del balance energético. Por eso, en el momento de recuperación parcial, también tendremos la posibilidad de embarazo".
De la misma opinión se muestra María Carrera, coordinadora y
psicóloga de la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital
Universitario Son Espases de Palma de Mallorca. "Nuestras pacientes son
enfermas que bien están recuperadas pero se acercan a la unidad porque
al quedarse embarazadas tienen miedo a sufrir recaídas,
aunque en ninguno de estos casos se reactivaron los síntomas. También
tenemos casos en los que la gestación les sobreviene en medio del
tratamiento. Se produce, asimismo, en aquellas que arrastran la
patología y nunca han sido diagnosticadas".
"Tener un hijo puede suponer una 'oportunidad' para salir de la anorexia si se está siguiendo un tratamiento"
Esta especialista, que está llevando a cabo un seguimiento de 50 pacientes y de sus hijos
(primeros nacimientos), junto con el Hospital Niño Jesús de Madrid,
reconoce que "el 55% de los embarazos no fueron planificados. La media
de edad es de 26,8 años frente a los 30,6 que tienen las mujeres sanas
cuando dan a luz a su primer vástago. Muchas de ellas no tenían la regla
(aunque sí ovulaban) o sus ciclos eran irregulares y no pensaban que se
podían quedar en estado".
Los trastornos de la alimentación son más comunes de lo que se piensa en las mujeres de edad reproductiva. Verónica Bridget Ward, autora de un artículo de revisión sobre este tema publicado en el 'British Medical Journal',
así lo reconoce. "Un cuestionario llevado a cabo con 454 mujeres
británicas, entre su tercer y séptimo mes de embarazo y publicado en 'European Eating Disorders Review', constató que la prevalencia de algún trastorno de la alimentación era del 11,5%".
Cómo actuar
Quedarse embarazada es un factor estresante para
muchas mujeres, sobre todo para las que tienen problemas con la
alimentación. La ganancia de peso y los cambios físicos que acompañan al
embarazo pueden agravar el trastorno. "La mayoría de las enfermas que
empeora con la gestación tiende a realizar conductas purgativas (uso de
laxantes y vómitos), eleva el nivel de ejercicio y reduce su ingesta",
agrega el experto del Gregorio Marañón.
Afortunadamente, también se produce el efecto contrario."Tener un hijo puede suponer una 'oportunidad' para salir de la anorexia
si se está siguiendo un tratamiento. Se cuidan más porque temen que su
enfermedad tenga repercusiones en el hijo. De hecho, nuestras pacientes
redujeron la sintomatología durante la gestación", agrega la psicóloga
Carrera.
Y aunque en todos los casos se va a necesitar un seguimiento
exhaustivo que debe prolongarse hasta después del parto, es en los más
graves es cuando se hace "completamente necesario la coordinación con
los servicios de Ginecología y Obstetricia. Cada paciente se trata de
forma individualizada por un equipo multidisciplinar: médicos,
psiquiatras, psicólogos, nutricionistas, enfermeras...", declara el
doctor del Gregorio Marañón, que insiste en que "tenemos un protocolo de
actuación porque estos embarazos están considerados como de alto
riesgo".
Begoña Olartecoechea reconoce que "el aporte energético recomendado
durante el embarazo es de unas 2.600 Kcal/día. Si la paciente no está
recuperada del todo, tendremos especial cuidado en evaluar la dieta que
realiza para asegurar un aporte suficiente para ella y el desarrollo de
su bebé. Frecuentemente precisan de complementos alimenticios, y en casos graves, de ingreso hospitalario".
Todas las mujeres deben ganar peso durante el embarazo y este
dependerá "del estado nutricional de la madre al inicio del mismo. En
aquéllas extremadamente delgadas es aconsejable que aumenten 15 kilos
en las que la madre parte de una situación de obesidad al comenzar la
gestación, controlaremos estrechamente la dieta... En cualquier caso, lo
importante es asegurar el correcto crecimiento del bebé, con una
alimentación sana, equilibrada y suficiente de la madre", agrega la
especialista de Navarra.
Fuente: elmundo.es
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