martes, 10 de abril de 2012

Actividad física y fertilidad: todo tiene que ver con todo

Un reciente reveló que la práctica de ejercicio moderado está asociada con un aumento de las posibilidades de concebir entre las mujeres que quieren quedar embarazadas. Las “contras” del ejercicio intenso a la hora de buscar un embarazo.

Y salvo las mujeres con sobrepeso u obesidad, las que ejercitan intensamente demoran más en quedar embarazadas.

“Este estudio es el primero que demuestra que el efecto de la actividad física en la fertilidad varía según el índice de masa corporal (IMC)”, opinó Lauren Wise, epidemióloga especializada en reproducción de la Boston University y autora principal del estudio.

Wise y colegas de los Estados Unidos y Dinamarca siguieron a más de 3.500 mujeres danesas, de entre 18 y 40 años, que intentaron concebir durante un año. Todas tenían una pareja estable y no estaban bajo tratamiento de fertilización asistida. Las participantes informaron la cantidad de horas semanales que habían ejercitado el año anterior y con qué intensidad.

Durante el estudio, casi el 70% quedó embarazada. El  equipo observó que las participantes que hacían ejercicio moderado, como caminar, andar en bicicleta o arreglar el jardín, habían quedado embarazadas más rápidamente, sin importar el peso. Las que dedicaban más de cinco horas semanales al ejercicio moderado eran un 18% más propensas a quedar embarazadas durante un ciclo menstrual que las que ejercitaban menos de una hora por semana.

Las mujeres de peso normal o muy delgadas con altos niveles de ejercicio intenso, como correr o hacer aeróbicos, tardaron más en concebir. Las que ejercitaban intensamente más de cinco horas semanales tenían un 32% menos posibilidad de quedar embarazadas que las que no ejercitaban tan intensamente.

El equipo no halló relación entre el ejercicio intenso y el tiempo que le dedicaban las mujeres con sobrepeso u obesidad (con un IMC de 25 o más) con la posibilidad de concebir. Si bien el estudio fue grande y bien diseñado, tiene algunas limitaciones, según detalló la doctora Bonnie Dattel, obstetra de la Facultad de Medicina de Virginia Oriental, en Norfolk.

Dattel consideró que las participantes pudieron haber subestimado o sobreestimado sus niveles de actividad física, lo que podría haber sesgado los resultados. Los resultados no significan que el ejercicio fuera la causa del retraso en concebir; las mujeres que demoraban más en concebir pudieron haber modificado su rutina física, según aclara el equipo en la revista Fertility and Sterility.

Si eso fue así, la relación sería inversa a la registrada. Las mujeres con sobrepeso u obesidad tienen tasas más altas de infertilidad y una mayor cantidad de complicaciones gestacionales, comentó el doctor Richard Grazi, especialista en reproducción de Genesis Fertility, en Brooklyn, Nueva York, quien no participó del estudio. “La grasa está metabólicamente activa; produce estrógenos”, precisó.

Ese estrógeno extra puede inhibir la producción de otras hormonas relacionadas con la ovulación y provocar irregularidades menstruales y hasta amenorrea. Por otro lado, Wise comentó que se desconoce por qué las mujeres delgadas que ejercitan intensamente demorarían más en concebir.

Un motivo podría ser la poca cantidad de grasa corporal. Las atletas de elite y las mujeres muy delgadas padecen irregularidades menstruales.

El ejercicio también reduciría la capacidad del óvulo fertilizado de implantarse en el útero, como lo demostró un estudio previo sobre mujeres bajo tratamiento de fertilización asistida que corrían o andaban en bicicleta.

“A todas mis pacientes les recomiendo hacer ejercicio moderado; es bueno para la concepción y el embarazo”, sostuvo Dattel

Fuente: Reuters

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