Cada día las vemos en más platos y comidas, pero son las grandes desconocidas. Las podemos encontrar en panes, como adorno y como ingrediente estrella de algunas elaboraciones culinarias. Su cualidades físicas dotan a la cocina de color y de forma, por su característica forma de lágrima diminuta de color blanco. Las empezamos a ver en los inicios de la primavera y existen diferentes variedades: la amapola negra o común y las semillas blancas. Poseen un característico aroma dulzón, que otorga numerosas posibilidades en la cocina, sobre todo en panes y masas de repostería. Algunas de las recetas en las que podemos degustar y apreciar estas semillas son panes de semillas en los que se incluye la amapola junto a semillas de girasol, calabaza, trigo..., adornando o condimentando ensaladas, así como piezas de sushi.
Aunque sus propiedades no son excesivamente significativas en sí mismas, es cierto que los científicos las consideran un ingrediente con posibilidad de prevención de tumores, tiene cualidades somníferas y gran efecto en el aparato respiratorio, como expectorante. Debemos tener en cuenta, que como cualquier somnífero natural y común, debe tenerse cuidado en su ingestión, ya que, aunque no sea tóxica, como otras de sus variedades, debe tomarse la precaución necesaria.
Es increíble que una flor tan bonita, también nos ofrezca posibilidades culinarias tan sorprendentes. Esperamos que empiecen a adornar vuestros platos como lo hace en los míos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario