El orégano se caracteriza por contar con diferentes virtudes. Una de las principales radica en su perfume, reconocible aroma que desprenden sus hojas durante todo el año, razón ésta que ha convertido al orégano en una de las principales plantas aromáticas.
A su vez, también es reconocible la funcionalidad del orégano como condimento y aderezo, el cual es utilizado en infinidad de platos y comidas de diferentes partes del mundo. Utilizado el orégano como condimento, es ideal para realzar el sabor de salsas, ensaladas y pizzas.
Igualmente, las virtudes que venimos destacando del orégano no terminan en las ya mencionadas. También tiene virtudes medicinales y ornamentales. En relación a lo primero, a su carácter de planta medicinal, el orégano es útil para problemas digestivos, como antiséptico y para problemas respiratorios. En torno a lo segundo, como planta decorativa, el orégano ofrece hermosas flores, al tiempo que la belleza de sus hojas no queda atrás. Es ideal para jardines pequeños y para adornar en forma de ramilletes.
El cultivo y los cuidados del orégano
En relación al cultivo del orégano, éste es ideal llevarlo a cabo a mediados del invierno. El orégano se adapta de buena manera a diferentes condiciones. Las semillas, colocadas en una maceta, sólo deben ser cubiertas con arena y turba, siempre cuidando que no pierda la humedad.
Es muy importante que reciba mucha luz del sol, intensa y abundante. Es riego es muy importante, sobre todo en los meses de primavera y verano, épocas en donde se produce el mayor crecimiento de la planta. A su vez, en el invierno, la planta del orégano puede ser colocada a la intemperie, siempre y cuando esté lo suficientemente resguardada del viento y las heladas.
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