Los expertos han sugerido que lo ideal sería que empiece a plantarse el viñedo a una altitud mayor de lo que se ha venido haciendo hasta ahora, para compensar el aumento de la temperatura.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el CO2, pues la vid capta el que se encuentra en la atmósfera y lo fija en su biomasa, pero se tiene que producir un equilibrio entre el anhídrido carbónico que hay en el ambiente y el que la planta debe recibir.
A eso hay que sumar el CO2 añadido que se produce por los trabajos de cultivo, como las emisiones de anhídrido carbónico de los tractores utilizados en las fincas. El reto es ajustar al máximo ese balance entre CO2 ambiental y el que asimila el viñedo.
Fuente: excelencias gourmet
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