lunes, 30 de mayo de 2011

Gales, el orgullo de una nación

El País de Gales (Cymru en galés) forma junto a Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte el Reino Unido. Lo encontramos al oeste de la isla de Gran Bretaña y cuenta con una población cercana a los 3 millones de habitantes. Su capital, Cardiff (Caerdydd), con 300 mil personas, es el centro económico, político y social más importante. En general, Gales es un país de contrastes, con muchas zonas verdes y enormes espacios sin habitar, donde no hay apenas planicies y encontramos ovejas por doquier (dicen que a cada galés le corresponden dos ovejas). Gente amable y simpática, el galés tiene en su cultura y patrimonio su mayor tesoro, un espíritu nacional que se ve reflejado en el idioma (aunque se habla inglés perfectamente) y en el rugby, pasión de multitudes.

El galés (Cymraeg) es un idioma de origen céltico (data de hace 2.000 años, siendo uno de los idiomas vivos más antiguos de Europa) que se utiliza como lengua principal en la zona norte del país. En el sur es menos utilizado, aunque todos los carteles, servicios públicos, escuelas y organismos son bilingües. Es realmente interesante la musicalidad de su vocabulario, digno de escuchar. Sut mae? (¿cómo estás?), Diolch (gracias), Croeso (bienvenido) son algunos saludos que podremos intercambiar con los galeses.

Gales también es conocida por su contribución a la música y al cine, con bandas como The Manic Street Preachers o Stereophonics, Shirley Bassey o el gran Tom Jones. De la gran pantalla, ilustres conocidos son Catherine Zeta Jones, Richard Burton y Anthony Hopkins.

Lugar perfecto para la práctica de actividades al aire libre, tiene tres parques nacionales: Brecon Beacons, Snowdonia y la Costa Pembrokeshire. Y es que las zonas verdes ocupan gran parte del territorio galés y son protegidas con verdadero celo por las autoridades galesas. Conocer Gales es mezclarse entre su gente, pasear por sus valles, pero también conocer su cultura, su historia y su lucha por la libertad. Senderismo y arte; norte y sur; modernidad y tradición; todo esto es Gales.

El viaje por Gales comienza en Cardiff, la capital, en el sur; para ir subiendo a través de las montañas hasta Cowny, en el norte, final de nuestra aventura. Cardiff es la ciudad más importante de Gales, situada en la bahía de Bristol, muy cerca de la frontera con Inglaterra. Tuvo su eclosión financiera durante el siglo XIX gracias a la industria minera (pizarra y carbón) y al tráfico portuario. Una visita a la ciudad puede comenzar en el Millenium Stadium, el campo de rugby cubierto más grande del Reino Unido, con un aforo de unas 74.500 personas. Construido en 1999, en él también se celebran partidos de fútbol y conciertos. Podemos visitarlo con un guía que nos hablará de la pasión galesa por el rugby, punto de reunión que estalla de emoción durante el torneo de las Seis Naciones. Visitar los vestuarios, saltar al campo como un jugador más o sentarnos en el palco de honor son algunas de las actividades que podemos realizar. El Castillo de Cardiff (1091) fue reformado durante la época victoriana y es un lugar de increíble belleza. Se encuentra en buen estado de conservación. Desde su torre principal (del siglo XII) tenemos una preciosa vista de la ciudad. Algunas de las habitaciones son accesibles al público y nos darán idea de la decoración victoriana, tan adorada por los británicos.

El corazón de Cardiff es el Millenium Centre. Situado en la bahía de Cardiff, cerca del Parlamento de Gales, es lugar de representaciones artísticas, cuenta con restaurantes de todo tipo, lugares de ocio, centro turístico informativo y descanso obligatorio tras la caminata por la ciudad. El Parlamento da idea de lo que es Gales, moderno y tradicional, abierto al público y garante de la independencia galesa. Otros lugares de interés son la Catedral de Llandaff (siglo XIII), el Centro, con el Ayuntamiento, la pista de hielo y el Museo Nacional (con la colección impresionista más importante del mundo después de París). Cardiff fue cuna de la Revolución industrial y prosperó enormemente en el siglo XIX, gracias al carbón. Hoy en día, es un lugar cosmopolita, moderno (la bahía de Cardiff es ejemplo de ello) y lleno de vida. Los pubs y tiendas dan muestra de ello.

Dejamos Cardiff para ir hacia el centro de Gales, a través del Parque Nacional de Brecon Beacons y el valle Wye Valley, un área de enorme belleza que sirve de frontera natural entre Gales e Inglaterra. Los paisajes que vemos son sensacionales, con ovejas y ríos que se filtran por las paredes de pizarra. El verde es el color predominante.

Durante el camino podemos visitar Tintern Abbey (siglo XII) el segundo monasterio cisterciense más antiguo de Gran Bretaña, Llanthony, una de las primeros prioratos agustinos, en un enclave mágico y misterioso, las librerías de Hay-on-Wye (millones de libros nos esperan), el Castillo Harlech, una fortaleza del siglo XIII que se alza majestuoso. Así llegamos a Portmerion, un conjunto residencial curioso y atractivo. Obra del genial arquitecto Sir Clough Williams-Ellis, quien tardó cincuenta años en completar su sueño, levantar casas de todo estilo sobre las rocas que se asoman al mar. Portmerion no es un pueblo, nadie vive allí, es un conjunto de hoteles apartamento, restaurantes y tiendas que nos sorprenden por su encanto y estilo peculiar.

Más al norte, llegamos al parque Nacional de Snowdonia, el paraíso de los amantes del senderismo, los deportes de riesgo y el agua. Ríos, lagos, montañas, refugios, valles e impresionantes paisajes nos esperan. También fortalezas romanas, castillos normandos, la montaña eléctrica (en Llanberis), curiosa manera de suministrar electricidad y Caernarfon, el lugar donde se corona al príncipe de Gales. Caernarfon tiene en su castillo fortaleza su lugar predilecto, lleno de historia y contraste absoluto con las construcciones defensivas galesas. Construido por orden de Eduardo I de Inglaterra, se muestra inexpugnable para los posibles atacantes. Hoy en día, guarda parte de su historia en galerías visitables.

Llegamos a Cowny, muy cerca de Liverpool, ya en Inglaterra. Un pueblo acogedor, final de nuestro recorrido. Un pueblo donde las murallas se han mantenido prácticamente intactas a lo largo del tiempo. La casa más pequeña del Reino Unido nos espera junto al puerto.

Así termina el viaje por la historia de un país pequeño y orgulloso. Con ganas de volver y conocer más a sus gentes. Inolvidable. Croeso i Gymru!

Fuente: gulliveria.com

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