lunes, 26 de septiembre de 2011

Gastronomía Lisboa

Por estar ubicada en la desembocadura atlántica del río Tejo, la ciudad de Lisboa seduce paladares por su indudable riqueza gastronómica basada en los pescados y mariscos. Una cocina sencilla y abundante, que se puede degustar con facilidad en todo tipo de establecimientos y locales, desde los más caseros y familiares, hasta los más lujosos. Bajo la premisa de comer bien, es decir, comer un poco de todo, el viejo dicho de que los Lisboetas son un buen tenedor es un hecho.

Con comidas largas y bajo una espléndida conversación, la mesa portuguesa y en especial la de su capital, engalana tanto cenas como almuerzos con sus deliciosos ingredientes. El bacalao es el plato portugués por excelencia y se prepara de infinitas maneras. A pesar de no proceder de aguas portuguesas, este tipo de pescado tiene una gran tradición histórica que data de los viajes de exploración de navegantes portugueses, quienes adoptaron el bacalao por sus cualidades para la conservación.

Sin embargo, la mesa lusitana no sólo se limita al bacalao en todas sus variedades. Las mariscadas, las caldeiradas o el arroz con marisco son platos imprescindibles. Acompañados de lulas, sardinas y cualquier otro tipo de pescado preparado al horno la mayoría de las veces, se presentan como exquisitas opciones para los amantes de los buenos sabores.

El gusto y la tradición portuguesa no se limita a la marisquería. Para los amantes de la carne, la sazón lusa desprende sabores inmejorables. El bife o filete con patatas es una delicia, así como las coteletas o costillas, que junto al guiso de cordero al vino, sacian el apetito carnívoro de forma celestial.

Una especialidad típica de Lisboa son las Pataniscas de Bacalhau, en donde el bacalao se presenta en forma de buñuelo. Esta receta se puede comer en la mayoría de establecimientos de comida de la ciudad y es bastante recomendable. Si se da una vuelta por el sur de la ciudad, se pueden disfrutar de unas ricas sardinas a la barbacoa a precios de ensueño.

Se dice que la mejor comida hecha por manos lusitanas se consigue en el barrio del Rossio, especialmente en la Rua das Portas de Santo Antao. Allí se concentra una interesante variedad de restaurantes que sirven desde aperitivos hasta suculentos platos elaborados. Las tardes lisboetas son ideales para pasarlas en una tranquila y acogedora terraza, comiendo un buen plato castizo y unas tapas de las que preparan en cualquier tasca de la capital portuguesa.

Para afinar el gusto, tomarse una copa de buen Oporto o de Ginjinha es algo imperativo en Lisboa, al igual que merendar con un sabroso pastel artesanal de Belem, una receta secreta de más de 200 años de antigüedad.

Fuente: viajesalisboa.com

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