domingo, 25 de abril de 2010

Los vinos no se hacen en hospitales

Esta frase la dijo ayer el enólogo italiano Alberto Antonini, en la conferencia de presentación de las últimas cosechas de Altos Las Hormigas, uno de los primeros emprendimientos (1995) extranjeros en Mendoza dedicados a producir vinos de uvas malbec de alta gama.

“Los grandes vinos no se hacen en hospitales, esos son vinos estériles que no producen emoción”. Sobre qué habla?

Antonini está en la movida de utilizar, cada vez menos, los tanques de acero, esos que revolucionaron la industria del vino en los ochenta, parece que hoy y para este gran enólogo sólo sirven para hacer vinos iguales y de consumo masivo.

Lo que está usando son las antiguas piletas de cemento, pero sin epoxi, las que las bodegas muestras como parte de su museo. Bueno, como todo, las modas en el vino van y vienen. Que a los bebes hay que dormirlos boca abajo para que no se ahoguen…, o, al contrario, que mejor para arriba para evitar otros problemas, con el vino los consejos también cambian cada vez que otro prueba con nuevas recetas.

En fin, para Antonini los tanques de cemento permiten que el vino se contamine con las bacterias propias que desarrolla cada bodega y esto le transfiere al vino un carácter de bodega. Para cerrar con la frase “el vino se hace también en la bodega

Mendoza es la región más internacional del mundo porque llegan vitivinicultores de todo el mundo. Pero la diferencia con sus lugares de origen es que ellos traen cierta experiencia pero están dispuestos a vivir y a poner en sus vinos las caracterísiticas únicas de Argentina. “Por que en otros lugares del mundo el vino es visto sólo como un negocio, pero en Mendoza es vino es cultura, no sólo un negocio. Está ligado a un tejido familiar que vive hace generaciones de esto”, propone Antonini.

Pero no sólo habló de los vinos sino de las regiones, según Antonini el futuro de Argentina no está en el Malbec sino en identificar y valorizar el terruño, las zonas de cosechas. “Mi sueño es que en Argentina se valoricen los orígenes porque eso es lo que llevará al país a un concepto de unicidad”, con esto, enólogo se refiere a las denominaciones de orígen de Europa, y que en Estados Unidos también se están definiendo. Es decir, poder hablar de un vino de Luján de Cuyo, del Valle de Uco, de Maipú, de La Consulta. La apuesta para el especialista es poder hablar denominaciones y no de variedades, es decir de lugares, “porque al fin y al cabo, la variedad es un comodity , el Malbec, el Cabernet, el Chardonnay se hacen en todo el mundo, y en el futuro será como hablar de papas y manzanas. Lo que hay que identificar y difundir son las zonas de cultivo”.

La realidad es que los vinos famosos, además de buenos, tienen un lugar de origen único, una viña irrepetible.

Racismo enológico: la pelea del viejo mundo

“Estoy enojado con los Europeos por que dicen que el nuevo mundo-Argentina, USA, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda: los que hacen vinos en las última décadas-, dicen que acá no hay terruño. Eso es RACISMO ENOLOGICO, no es que no haya sino que no está conceptualizado. El nuevo mundo tiene tantos y diversos terruños como Europa. La diferencia es que los europeos lo están desarrollando hace más de 200 años”

Para concluir la charla, que siguió con un cóctel acompañado por tango con instrumentos electrónicos en el Hotel Madero, habló de la Bonarda como punto a desarrollar por los productores locales. El objetivo del bonarda a largo plazo será, para Antonini, ser el segundo tinto Mendocino después del Malbec.

Fuente: lanacion.com

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