Hay que comer muchas veces pero pocas cantidades en cada comida. De esta manera vamos a completar las necesidades energéticas antes de la competición y evitamos sobrecargar el aparato digestivo. Podemos hacer de 5 a 7 comidas el día antes de la competición.
Los alimentos que deben predominar en esas comidas serán los hidratos de carbono, que va a ser el combustible principal para la carrera o competición. Evitaremos los alimentos ricos en grasas y limitaremos las proteínas, que pueden hacer las digestiones más pesadas.
Hay que tener mucho cuidado en la cena, porque debe de facilitar el descanso. Darse un atracón de pasta pensando que va a llenar a última hora los depósitos de glucógeno es un error, el cuerpo necesita su tiempo para convertir esos nutrientes en depósitos de energía. Por tanto la cena será la comida más liviana y evitaremos sobrecargar el estómago a última hora.
Otro aspecto a tener en cuenta es evitar tomar alimentos nuevos o exóticos y la comida basura, así no daremos mucho trabajo o sorpresas inesperadas a nuestro aparato digestivo, que ya si hay nervios de por medio va a acelerar su actividad.
Los alimentos como la coliflor, papas o refrescos con gas pueden hincharnos e incomodarnos al día siguiente, así que mejor darles de lado también.
Recuerda que planificar la dieta para una competición también es importante, después de tanto tiempo entrenando podemos tirar a la borda todo el trabajo por culpa de la comida del día anterior. Dividir esas comidas en pequeñas tomas con poca cantidad y donde predominen los hidratos de carbono es la manera óptima para llenarnos de energía y evitar molestias intestinales.
Fuente: vitonica.com
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