Hipócrates tenía razón: “Haced de los alimentos vuestra primera medicina”.
Los maravillosos EICOSANOIDES
La explicación científica de por qué la dieta apropiada es el más efectivo y económico medicamento para casi todas las enfermedades.
¿Qué son los eicosanoides?
Son superhormonas fugaces producidas por casi todas nuestras células que se conocen desde hace muchas décadas pero sin embargo, si usted le pregunta a su médico acerca de ellos, muy probablemente le diga que desconoce este nombre.
¿Cómo puede ser que la mayor parte de los médicos desconozca lo que resultó ser el motivo del Premio Nóbel de Medicina de 1982?, se preguntará usted. La respuesta es muy simple: por más que se invirtieron miles de millones de dólares en descubrir algún medicamento que pueda regular su producción, nunca se tuvo y probablemente nunca se tendrá éxito, pues éste no es el camino para armonizar la misma. El camino para lograrlo, según lo que sí se confirmó, es a través de la dieta.
¿Y esto qué relación tiene con que la mayor parte de los médicos no se entere?
Es evidente…. Los eicosanoides regulan todas las funciones de todas las células: las hormonas, los neurotransmisores, las enzimas, las defensas, el estado de ánimo, la memoria, la salud celular, el envejecimiento o rejuvenecimiento, nuestros sentidos, nuestra inteligencia, nuestra capacidad de hacer, de pensar y de sentir… todo.
¿Y eso qué implica? Que como prácticamente todas las enfermedades son el producto de la alteración en la función de un conjunto de células, corregir esto implicaría lograr que casi todas las enfermedades se puedan curar o al menos controlar (y aquí viene la clave) dejando gradualmente casi todos los medicamentos que la gente toma ya que los mismos dejarían de ser necesarios. Y esto es grave.
¿Para la gente? No…. Para el sistema globalizado que hoy gobierna al mundo ejerciendo su poder dictatorial sin que la gente siquiera se entere de que está siendo esclavizada a través del permanente fomento del consumismo, el cual se incrementa a través de la publicidad tentadora y engañosa y de la ignorancia inducida, incluso a los mismos profesionales de la salud, de temas tan trascendentes como el que nos ocupa.
Pero ¿Cómo puede ser esto así? ¿Acaso no está la información disponible, se tapa, se oculta?
No, ni siquiera. Así como lo que no sale por televisión, en nuestra cultura actual, no existe para la población en general, la información que no se publicita en los Congresos Médicos organizados por el mismo sistema consumista y que no llega a los médicos vía visitadores médicos, pareciera que tampoco existe para los médicos en general, salvo para aquellos que se toman su tiempo para irla a buscar. Hoy en Internet hay muchísima información sobre los eicosanoides, pero hay que molestarse e indagar para encontrarla.
Al hacerlo verán que los eicosanoides son un clan que incluye varias familias de superhormonas fugaces que ni salen a la sangre (no son endocrinas, sino autocrinas y paracrinas) o sea no cumplen su rol a distancia sino que lo que hacen es regular las funciones de la célula que las produjo (las producen todas las células del organismo) y de las células vecinas y al instante, se desintegran. Esto hace que sea difícil y costoso investigarlas.
Al ver enseguida cuáles son las familias que constituyen este clan, probablemente usted y más seguramente su médico, encontrarán estos nombres (al menos algunos) como más familiares aunque esto no implique un conocimiento profundo de los mismos: se trata de las prostoglandinas, postraciclinas, tromboxanos, ácidos grasos hidroxilados, leucotrienos, interferón, interleuquinas, etc.
¿Y por qué esta información no la llevan los visitadores médicos ni es la vedette de los Congresos Científicos, siendo tan trascendente? Precisamente porque no es un medicamento que venda el laboratorio que ponga la plata para esto, sino la dieta, lo único que puede armonizar su producción.
¿Y no se puede hacer un buen negocio vendiendo libros sobre esto y creando restaurantes y delivery basados en esta dieta? Claro que sí y es más... alguien ya se hizo millonario (como así lo pretendía según confiesa en sus libros) gracias a esto. ¿Quién, cómo se llama? Barry Sears, un farmacéutico norteamericano que durante años buscó la droga para regular los eicosanoides y sólo encontró esto con la dieta.
¿Y qué pasó?
Sus libros “La Dieta para estar en la Zona”, “Mantenerse en la Zona”, “Rejuvenecer en la Zona” y “La inflamación silenciosa”, son best-seller en EE.UU y en otras partes del mundo y ya se están difundiendo por todos lados, los restaurantes y delivery basados en su propuesta.
¿Y qué se puede decir de su propuesta? Que tiene grandes aciertos, pero también grandes errores.
¿Cuáles son los grandes aciertos de Barry Sears?
En sus libros hace aportes muy valiosos como hacerle conocer a la gente en general y a los profesionales de la salud en particular, la crucial importancia de los eicosanoides en casi todas las enfermedades (el autor de este artículo se enteró de esto gracias a sus libros) y cómo al armonizar su producción muchas de ellas se pueden curar o controlar y además cómo potenciar con ellos el rendimiento deportivo, intelectual, etc.
También pone de relieve la indispensable necesidad de corregir el hiperinsulinismo (exceso de secreción de insulina, con las consecuentes hipoglucemias y sus 120 posibles manifestaciones (que nosotros en la Argentina bautizamos como SEDA = Síndrome de Estrés, Depresión y Adicciones) y que padece entre el 70 y 80 % de la población.
Si el mismo no se corrige, según indica Sears, los precursores de los eicosanoides buenos (Omega 3 ayudados por algunos Omega 6) que deben ser aportados en cinco comidas diarias (cada 3 horas aproximadamente), se transformarían en eicosanoides malos en vez de buenos, como si lo que se hubiera aportado fuesen grasas saturadas (precursores de los malos).
También explica que los eicosanoides buenos no son tan buenos y los malos no son tan malos sino que tiene que haber armonía entre ellos con predominio de los buenos. Además, de lo que enseña se desprende que los precursores de los buenos son por ejemplo 1 cucharada sopera de aceite de oliva o de de girasol de 1ª presión en frío (en nuestro país los confiables son Campo Claro, Naturaleza Viva y Prama), 3 aceitunas, 3 almendras o 2 nueces o avellanas o gomasio (sésamo tostado y machacado con sal marina), las grasas de la avena, del pescado, un poco de maní o de pistacho. Algo de todo esto en esta cantidad y cada 3 horas.
¿Y cuáles son los grandes errores de Barry Sears?
Algunos de sus errores quizás sean por desconocimiento, pero muy probablemente otros, sean por una estrategia de marketing, con el fin de cumplir con su confesa intención de hacerse millonario. Es lógicamente mucho más popular y de masiva aceptación, una dieta como la que él propone que incluye carnes rojas, incluso de vaca, cerdo, fiambres, leche, quesos y otros lácteos, que una dieta que procure evitar lo antedicho, como la que proponemos nosotros, con el fin de desintoxicar el organismo y de corregir parte de las causas de las más de 100 enfermedades que los mismos demostradamente provocan (quienes quieran ampliar esta seria información y conocer sus saludables reemplazos.
Dado que los eicosanoides no salen a la sangre sino que llegan a las células vecinas para regular sus funciones, a través del líquido intercelular, una dieta que incluya todo lo antedicho pone más viscoso este líquido y por esto muchos eicosanoides seguramente se desintegran antes de llegar a cumplir su acción y por lo tanto una propuesta que no los incluya, pero que no por esto lleve a carencias alimentarias, puede (aunque sea menos popular) resultar mucho más efectiva, preventiva y terapéutica y con mayor potenciación del rendimiento deportivo, intelectual, laboral, sexual, artístico y hasta espiritual. Esto lo estamos demostrando con nuestras investigaciones.
Otro gran error de Barry Sears es atacar a propuestas como la Macrobiótica,la del Dr. Ornish, el Dr. Weill y al Dr. Sieguel y otros serios investigadores y autores, así como a la pirámide nutricional mundialmente aceptada, ya que, para distinguirse de casi todos, por los motivos que sean, sostiene que la base de la alimentación no tienen que ser los cereales pues según él, no se puede solucionar el hiperinsulinismo incluyendo los mismos en alta proporción y frecuencia.
En nuestra investigación conjunta con el Dr. Nicotra de Bahía Blanca (fallecido en 1999) demostramos, incluso con 5.300 curvas de glucemia confirmatorias, que Barry Sears se equivoca y que se puede solucionar el hiperinsulinismo o SEDA en muy poco tiempo y con muy bajo costo basando la dieta en cereales, completándola con verduras, en menor proporción con fuentes proteicas predominantemente de origen vegetal y algún reemplazo optativo con pescado o huevo o pollo ecológico en reducida frecuencia y la complementación con fuentes de grasas saludables y otros sanos protectores contra carencias alimentarias.
Lo que no distingue Sears y ese es su gran error (quizás cometido a propósito para conseguir rédito de su radical postura antipirámide nutricional) es la gran diferencia en la rapidez de absorción que tienen los hidratos de carbono simples (azúcar, miel, frutas, jugos, gaseosas, etc.) y refinados (pan, galletitas, pastas, facturas, etc) con los integrales y complejos, más aún si se consumen en forma de grano (arroz integral, trigo, cebada, avena tradicional, no instantánea, centeno, mijo pelado, maíz, trigo sarraceno y burgol, quinoa y amaranto) y menos en forma de harinas integrales para panificación, pizzas, empanadas, lasañas, ravioles, tallarines y otras pastas integrales y galletas de arroz integral inflado.
Lo distintivo de nuestra Dieta del SHENG, a diferencia de todas las otras dietas, incluso la Macrobiótica que es la más parecida, es el aporte de cereales integrales en grano como los antedichos, junto con las fuentes de grasas saludables mencionadas antes, pero cada 2, 3 ó a lo sumo 4 hs. Por ejemplo las croquetas que bautizamos como “curalotodo” que incluyen simplemente arroz integral con aceitunas unidas con huevo o fécula de maiz u otros cereales con otras fuentes de grasas saludables en empanadas, tartas, etc.
Es tan rápida y tan rotunda la desaparición de los síntomas del SEDA, la mejoría o curación de pacientes con cáncer, SIDA, con enfermedades cardiovasculares, respiratorias, digestivas, trastornos renales y urinarios, ginecológicos, menopáusicos, de la piel, várices, celulitis, obesidad, diabetes, hipotiroidismo, alergias, enfermedades osteoarticulares y autoinmunes de todo tipo, neurológicas, trastornos mentales, de la sexualidad, del sueño, así como alcoholismo, drogadicción, tabaquismo y otras adicciones y es tan notoria la superación del estrés, de los ataques de pánico y fobias, de la depresión y la mejoría en el rendimiento deportivo y en las otras áreas descriptas, a través de la puesta en práctica de esta propuesta, que no hace falta gastar energías en discusiones bizantinas.
El que quiera, que lo experimente y al que no quiera, que nadie lo presione a hacerlo, ya que cerrará las puertas que de otra forma quizás algún día se anime a penetrar, para descubrir el maravilloso tesoro que tiene adentro suyo. La fuerza natural de autocuración, descripta por Hipócrates, el Padre de la Medicina, como Vix Natura Medicatrix, que es ni más ni menos que nuestro médico interno, pero que para obtener mayores logros y dentro de una visión holística, deberá asociarse en su acción, con el psicólogo interno y el guía espiritual interno, que todos también tenemos. Pero eso, estimado lector, es tema para otros artículos.-
Dr. Jorge Valentín Esteves
Médico Oncólogo Holístico - Experto en Nutrición Natural
Medrano 627 C.A. Buenos Aires – 011-1550023091 -
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