viernes, 11 de marzo de 2011

La inflación hace tambalear a la industria

El incesante incremento en los costos internos y la quietud del dólar estuvieron entre los principales temas abordados por los dirigentes empresariales en el agasajo de Vendimia de Bodegas de Argentina. Fuerte preocupación por la reacción de los mercados externos.

El incremento de los costos internos, una plaga en muchos frentes para la industria vitivinícola, fue el principal tema planteado durante el tradicional Almuerzo de Vendimia que organiza Bodegas de Argentina, que este año se hizo el 5 de marzo en la elegante bodega Dante Robino en Luján.

Allí cobró protagonismo en el discurso pronunciado por el presidente de la entidad, Angel Vespa. A la reunión no asistió la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que partió en su avión después del Carrusel, pero sí fue el ministro de Agricultura de la Nación Julián Domínguez.

"El grave problema que el sector enfrenta es el incremento en los costos, en promedio a una tasa entre el 20% a 25%, con un tipo de cambio que no se ha ido ajustando en igual medida. Esto implica la pérdida de rentabilidad y pone en peligro todo el trabajo realizado hasta la fecha", enfatizó Vespa.

Y continuó: "En el caso de los vinos fraccionados es aún mayor que los commodities, ya que si el consumidor no encuentra el producto, lo va a reemplazar por vinos de otro origen.

La preocupación no sólo tiene que ser de las bodegas. Exportamos un producto con valor agregado. Además de uva trasformada en vino, se suman los insumos y los servicios que se prestan por intermedio de pequeñas empresas y esto involucra una cantidad importante de mano de obra especializada. Por esta razón la preocupación tiene que ser de toda la cadena y también de los gobiernos, en especial de los provinciales donde la vitivinicultura es pilar de sus economías. La pérdida de mercados compromete años de esfuerzos difíciles de recuperar".

Ante estas palabras, gran parte de los presentes asintió con la cabeza. "Vamos a tener que parar la pelota", dijo a Día a Día del Vino uno de los propietarios de la bodega anfitriona, Rafael Squassini, refiriéndose al problema de la inflación. "Hoy Argentina vive un proceso inflacionario y creo que todos los actores, no sólo la vitivinicultura, vamos a tener que parar la pelota y ver que este boom del consumo que vive el mercado interno tiene su techo y si seguimos presionando con el alza de precios eso se puede volver contra la industria y hacer decaer el consumo. Hay que ser lo suficientemente inteligentes para controlar y mantener una inflación moderada", advirtió.

El inversor chileno, Miguel Agostino, propietario de Finca Agostino, evaluó que las condiciones actuales dejaron de ser tentadoras -como lo fueron en otro momento- para los capitales extranjeros. "De afuera veo muchas cosas críticas para Argentina, principalmente los aumentos de los precios, la inflación que es un problema mayor y que el dólar no acompañe es muy grave. Además, hay problemas que no se ven en otra parte del mundo, como el de los reintegros de IVA, que tardan un año. Yo tengo el corazón en Argentina, si no, no hubiera invertido tanto dinero en un país que no devuelve el rendimiento que uno quisiera". Agostino fue muy crítico: "Creo que hay muy pocos inversores que quieran hacer esto, porque lo rendimientos son menores que en otros países, no existe planificación a largo plazo y por tanto, no se puede planificar tampoco la empresa".

El fantasma de la pérdida de competitividad internacional

Para Juan José Canay gerente de Exportaciones de Trapiche, gran parte del crecimiento de Argentina en el exterior se juega junto a los precios de la uva este año. "Tenemos que pensar cuánto el consumidor está dispuesto a pagar por lo que tenemos. Si éste no valida nuestros precios en la góndola, no hay nada más. Por tanto, el proceso es éste: tenemos un vino para vender en góndola a 24 dólares y de ahí buscamos la materia prima adecuada para eso o no. Nosotros no somos fijadores de precios, por lo cual, tenemos que ser realistas".

Días atrás, en diálogo con nuestro medio, Gastón Izquierdo, CEO de Bodega Catena Zapata, había advertido que ante los anuncios de aumentos en los precios de la uva Malbec, recibieron una respuesta alarmante por parte de los compradores en Estados Unidos: por cada 10% de aumento en el precio FOB se deberá esperar una caída en las ventas de un 30% a 40%.

"Especialmente en Estados Unidos, el Malbec sería seriamente dañado si incrementamos su precio. Nuestro principal cliente, Cotsco, nos comunica que si aumentamos un centavo nuestro precio FOB, simplemente dejará de comprarnos el Malbec de nuestra marca más importante", aseveró.

Alberto Arizu (padre), propietario de Luigi Bosca, puso énfasis en que "para esta industria lo peor es la inflación, ya que todos los insumos han aumentado entre un 20% y un 30% y en el caso de la mano de obra también va en este porcentaje. Si sumamos el costo de los insumos, más el de la uva, vamos a ver como varias líneas de vinos donde está el 80% del comercio argentino empezarán a sufrir porque los costos no van a dar y van a comenzar a discontinuarse. Se venderán en el mercado interno y volveremos otra vez al mismo problema".

El inversor de origen europeo, dueño de Norton, Miguel Halstrick, lo resumió de esta manera: "inflación y competitividad no son amigos: nuestra industria ha hecho un gran trabajo en reducción de costos pero la inflación tira por el piso todos nuestros esfuerzos. Si no se frena, se puede poner en juego el futuro de nuestra industria. En los mercados externos, si subimos precio, directamente podríamos desaparecer del segmento de los U$15 retail", advirtió.

"Son varios los frentes amenazados por la inflación", analizó Javier Merino, director de Área del Vino. "La inflación disminuye la rentabilidad a corto plazo, mientras los costos suben no se pueden elevar los precios y aumenta la incertidumbre. Al riesgo normal que tiene la vitivinicultura, se le suma esta incertidumbre que desalienta las inversiones, en ítems fundamentales que ayudarían a mejorar los precios, como la implantación de más hectáreas de uvas Malbec. El tercer veneno y el más oculto de la inflación, es el deterioro que genera en la relación de las bodegas argentinas y sus distribuidores, lo que pone en peligro la consolidación en mercados externos. Este cansancio hace que los compradores tengan preferencia por países más estables, como Chile",

Acuerdos con terceros países y personal de cosecha

Los aranceles que paga el vino argentino en terceros países y la falta de mano de obra para viña y bodega, que genera el miedo a perder la Asignación Universal por hijo, marcaron también la agenda de los bodegueros.

Angel Vespa subrayó en el discurso que "este tema que repetimos cada año, hace referencia a la competencia a nivel internacional con importantes asimetrías, que hace más difícil la competencia, en especial cuando vemos que la situación de cada uno es desigual.

Me refiero a los países que han firmado Convenios Bilaterales o Multilaterales que han logrado acceso a mercado sin costo, mientras que las bodegas argentinas tienen que tributar un arancel para el ingreso de sus vinos. Tema que hemos hablado con el ministro de Agricultura para trabajar en forma conjunta, con Cancillería para avanzar año a año en la firma de estos convenios y éste también es un tema donde necesitamos el apoyo de los gobiernos provinciales", especificó.

En relación a la falta de oferta de mano de obra para la cosecha explicó que "cada año se hace más difícil conseguir (...). Desde el sector rechazamos el trabajo no registrado, hacemos un esfuerzo para promover en forma permanente las condiciones de trabajo del personal temporario. En este sentido queremos destacar el trabajo que en coordinación realizamos con la Secretaría de Trabajo. Reconocemos el apoyo que nos dio el Gobierno Nacional con el decreto 1602 para que los beneficiados con la Asignación Universal por hijo no la pierdan por incorporarse al régimen laboral. Quedan dos temas pendientes por resolver, uno está en la implementación del sistema y el otro en la comunicación del mismo. Ambos tienen que brindar claridad y seguridad a la gente para que no tenga temor a trabajar dentro del sistema. También tenemos que lograr culturalizar el trabajo, para que más allá del factor económico, sea un valor en sí mismo que dignifique al trabajador".

Recordemos que en el discurso brindado durante el desayuno de Coviar, al cual asistió la presidenta Cristina Fernández abordó este tema -que fue nota de tapa de Diario Los Andes el día anterior- y afirmó que "la Asignación Universal por hijo no se pierde si la persona tiene trabajo registrado como trabajador eventual. Eso está desde diciembre, porque queremos incentivar el trabajo registrado en este país".

Consultado sobre la aplicación de esta medida, el presidente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este Mauro Sosa confirmó que si bien en los papeles el beneficio no se pierde, "la decisión política no se corresponde con la parte operativa. El ANSES y la AFIP tienen incongruencias en sus sistemas, por tanto cuando se le hace el alta al trabajador, deja de percibir la asignación, la cual recupera recién a los cuatro meses".

Fuente: Area del Vino - Producción periodística: María Soledad González, Laura Saieg, Mariano Zalazar

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina