16 viñedos experimentales son estudiados en los siguientes países: Chile, Bolivia, Uruguay, África del Sur, España, Portugal, USA, Nueva Zelanda, Marruecos, Francia y Argentina, en los viñedos de Alta Vista en Mendoza y Cafayate. Se espera obtener el modelo del cambio climático a la escala fina del Terroir a mitad de 2011.
Paralelamente, el CNRS y la UNCuyo (Universidad de Cuyo) desarrollan un nuevo programa GICC (Gestión e impactos del Cambio Climático), en el cual se estudian las adaptaciones de las prácticas culturales y enológicas a estos modelos de cambio climático.
Únicamente dos países fueron elegidos como pilotos a nivel mundial para conducir las investigaciones: Francia y Argentina.
Estas investigaciones reúnen a más de 30 investigadores así como a una decena de estudiantes de máster y doctores de disciplinas diferentes y complementarias (geógrafos, climatólogos, agrónomos, físicos de la atmósfera, geomatemáticos, meteorólogos) de 13 nacionalidades.
El objetivo es adaptar las técnicas de producción a los cambios de expresión de la vid debido a los cambios climáticos. El calentamiento de la zona afecta el desarrollo de la planta y obliga a realizar tareas específicas de canopia para conservar la misma calidad de uva y estilos del vino, algo que Alta Vista busca como constante.
“La ambición es determinar el impacto del cambio climático a la escala de los terroirs y así adaptar nuestras prácticas culturales y de vinificación para mantener la tipicidad e identidad que caracterizan los vinos de Alta Vista”, explicó Philippe Rolet, Gerente General de la bodega.
Fuente: Area del Vino
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