domingo, 5 de septiembre de 2010

Algunos trucos para alimentarnos bien en la oficina


Con la llegada de septiembre vuelve la normalidad a la mayoría de nuestras vidas. Esta normalidad se traduce en la vuelta al trabajo, a los estudios… Este regreso conlleva pasar más horas fuera de casa y mantener una alimentación a base de comida preparada o restaurantes. A pesar de todo, casi todos nosotros solemos echar mano del tupper y por ello es necesario que tengamos en cuenta algunas pautas a la hora de preparar nuestra comida para la jornada.

Ante todo y sobre todo debemos tener presente que la comida es una de las partes más importantes del día, ya que debemos dar al organismo los nutrientes que necesita. Por ello es fundamental que tengamos en cuenta el aporte correcto de todos y cada uno de ellos. Para conseguirlo es esencial que planifiquemos previamente el tipo de alimentos que vamos a utilizar para llevarnos al trabajo. Nunca debemos elegirlos al azar, pues podemos caer en serias deficiencias o excesos que nunca son buenos.

Los platos pre cocinados son los más recurridos entre las personas que se llevan la comida al trabajo. Es algo sencillo de preparar y en la mayoría de los casos se puede calentar en el microondas sin hacer nada más. Desde luego este tipo de alimentos no son los más recomendables para seguir una alimentación sana, ya que en la mayoría de los casos contienen altas cantidades de grasas saturadas y calorías que simplemente ponen en peligro nuestra salud. Además de incluir muchas dosis de sales minerales que contribuirán al aumento de la presión arterial.

Para evitar el consumo excesivo de platos pre cocinados lo que haremos será preparar nuestra propia comida, y para ello es necesario que tengamos en cuenta que no todos los alimentos son recomendables. Es necesario que no utilicemos para ello comida perecedera como el marisco o ciertos tipos de pescado, ya que la comida pasa largas horas sin refrigerar y puede ser un foco de bacterias. La mejor opción y la más saludable es recurrir a alimentos básicos como el arroz, la pasta, las verduras, las frutas… Este tipo de alimentos se conservan mucho mejor y no representan un problema a la hora de mantener una cierta asepsia.

Hay que tener en cuenta que utilizar este tipo de alimentos y hacer platos propios requiere de una preparación previa, es decir, el día antes, o por la mañana, antes de acudir a trabajar, debemos preparar el plato, pues de este modo conseguiremos que los alimentos mantengan una frescura máxima que nos ayude a aprovechar al máximo los nutrientes que nos brindan y que se van perdiendo con el paso del tiempo. No es demasiado recomendable preparar un gran plato de comida y guardarlo durante toda la semana, ya que debemos variar en el menú para mantener una alimentación correcta. Lo que sí que podemos hacer es preparar durante el fin de semana diferentes platos y congelarlos para repartirlos a lo largo de la semana y así mantener una correcta alimentación.

Fuente: vitonica.com

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