Con una imagen te damos al respuesta, si te sucede esto que mostramos arriba, es porque tienes estrés continuo y éste ya está afectando tu salud. Es decir, si cuando estás en el trabajo no haces más que pensar en el sueño y las ganas de dormir, pero cuando por fin en casa te dispones a conciliar el sueño las preocupaciones y la gran cantidad de tareas no te deja dormir, estamos ante la presencia de una de las consecuencias más comunes del estrés: el insomnio.
Así, se crea un circulo vicioso del cual no es fácil salir, pues durante el día sentimos cansancio, somnolencia, desgano y fatiga física, mientras que por la noche no podemos relajarnos para descansar. Es decir, el estrés ha llegado a cierto nivel en el cual no resulta en beneficio para ser más productivo y rendir más, sino todo lo contrario, nos está afectando seriamente.
El dormir poco también genera otras consecuencias, por ejemplo, se vincula a mayor riesgo cardíaco, menor productividad física y mental e incluso, a tener más ansiedad y comer peor y en mayor cantidad.
Así que, si te sucede esto, estás ante la presencia de cierto nivel de estrés que necesitas controlar para no perjudicar tu salud.
Fuente: vitonica.com
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