jueves, 3 de febrero de 2011

Ñoquis


Los famosos Ñoquis del 29 tienen una tradición inimaginada que trasciende las fronteras del ritual cotidiano y doméstico, uniendo lo profano a lo divino.

Si bien es cierto que, como toda tradición remozada, hoy ha perdido parte de su razón primitiva, con el tiempo se ha ido nutriendo de las costumbres de los hombres y mujeres que poblaron este suelo. Los inmigrantes italianos que se reunían a celebrar, el 29 de junio, las fiestas del San Pedro y San Pablo comiendo ñoquis instalaron la costumbre a principios del SXX. La costumbre de que se coman el día 29 de cada mes, un día antes de la paga mensual, se debe a que es cuando los bolsillos están más flacos. Y a esta tradición se la denomina los ñoquis del 29.

De todas formas, conocemos al menos tres (y seguramente debe haber más) historias que aportaron para que este evento sea tan popular.

La tradición nace de una leyenda que se remonta a los primeros siglos de la era Cristiana. A principios del siglo IV vivía en Nikomedia (actual Turquía), un joven médico llamado Pantaleón (275 al 303), quien, tras convertirse al cristianismo, peregrinó por el norte de Italia. Allí practicó milagrosas curaciones por las que fue canonizado.

En cierta ocasión en que pidió pan a unos campesinos venecianos, éstos lo invitaron a compartir su pobre mesa. Agradecido, les anunció un año de pesca y cosechas excelentes. La profecía se cumplió. Cuenta la incomprobable histora que aquel episodio ocurrió un 29, por tal razón se recuerda ese día con una comida sencilla representada por los ñoquis.

El ritual que lo acompaña de poner dinero bajo el plato simboliza el deseo de nuevas dádivas. Luego de su muerte, ya convertido en San Pantaleón fue consagrado -a la par de San Marcos- patrono de Venecia. Es por esto que el ritual también contempla (a veces) la presencia en la mesa de una estampita de San Pantaleón y el rezo de una oración en su memoria.

Se cuenta también que la costumbre tuvo origen en Italia por el año 1690, en un pueblito del Piamonte. Ante el repentino encarecimiento de la harina de trigo debido a la pérdida de cosechas y al alto impuesto que se debía pagar por moler los granos, los campesinos italianos experimentaron exitosamente con un substitutivo de la harina: el puré de papas. Por ese entonces la papa se cultivaba sólo para alimentar a los animales, pero dada la miseria reinante y con abundancia de imaginación, crearon los ñoquis de papa salvando así a la población de pasar hambre. Desde entonces, los pobladores acostumbraron a reunirse todos los 29 de cada mes (día del Santo Patrono) en la plaza principal para agradecer las cosechas de papas y preparaban platos de ñoquis para festejar, colocando debajo del plato de cada comensal las monedas que podían y al terminar se las repartían como augurio de prosperidad a las parejas que habían elegido ese día para casarse.

En 1979, en Buenos Aires, se reunían todos los meses algunos periodistas gastronómicos, cada vez en una casa distinta, así se lucían los anfitriones con apetitosas comidas "a la mode". Todo comenzó cuando le tocó a una periodista justo un día 29. Ella conocía la historia de San Pantaleón y decide preparar para esa ocasión “ñoquis de papa”, simples, nada snob ni rebuscado. La idea resultó un éxito recibido con aplausos. Pronto se divulgó la costumbre que dio origen a un club muy particular: “El Club del Ñoqui”, que reunía todos los meses a prestigiosas personas de todos los ambientes culturales y sociales de la capital porteña y a muchos trabajadores de prensa. En poco tiempo, la costumbre ya estaba instalada en muchos hogares. Los restaurantes vieron en esta tradición un buen negocio y, recogiendola idea, cada 29 reunían a amigos, compañeros de trabajo o familiares para agasajarlos con un sabroso y nutritivo plato.

Es costumbre dejar un billete debajo del plato para atraer suerte y prosperidad al comensal. Y según la tradición, con ese billete debe comprarse pan para que nunca falte.

Para cerrar la historia, y en base a ella, allá por los '80, el ingenio popular comenzó a llamarles "Ñoquis" en Argentina, a aquellas personas que cobran sueldos sin ir a trabajar, generalmente empleados públicos que, sin aparecer durante todo el mes por sus lugares de trabajo, todos los días 29 pasan a cobrar su sueldo.

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