Con sólo azúcar y agua se puede preparar algo muy dulce y de muchísimas aplicaciones: el “almíbar”.
Pero éste tiene tantas variedades como gustos y prefrencias existen.
Se puede preparar y guardar en envases bien limpios, y utilizarlos después para diluir glaseados y mermeladas, en la preparación de helados, bebidas alcohólicas, bombones, tortas, etc.
Ingredientes
- 2.300 kg de azúcar refinada
- 1 litro de agua fría
Para cantidades menores
- 1/2 kg de azúcar refinada
- 250 cc de agua fría
Preparación
En una cacerolita bien limpia, colocamos el azúcar indicada y cubrimos con el agua. dejamos reposar unos minutos, para que el azúcar se disuelva. Llevamos después a fuego fuerte y cocinamos, sin revolver, evitando así que la solución se cristalice.
Siempre es aconsejable que el azúcar esté totalmente disuelta al comenzar el hervor, y mientras que éste dure, se deben quitar las impurezas de la superficie con espumadera y retirar los cristales formados en los bordes de la cacerola, con un pincel humedecido. Para evitar que al secarse, caigan en la solución, provocando un sabor amargo.
Habremos obtenido el almíbar cuando llegue a los 100º C . El control de la temperatura con termometro es el más exácto y apropiado. A partir de los 100º C, el almíbar toma diferente puntos prosiguiendo la cocción a fuego fuerte y siempre sin revolver.
De no tener termómetro a mano, se toma una pequeña porción de almíbar con una cuchara, y se la deja entibiar. La tomamos entre los dedos, estirándola. Si se forma un hilo, sabremos que ya está. Y que nos estamos acercando al punto “hilo”.
Puntos del almíbar
Almíbar – 100º C
Hilo flojo – 105º C
Hilo fuerte – 107,5º C
Burbujas flojas – 112,5º C
Burbujas encadenadas – 117,5º C
Bolita blanda – 125º C
Bolita dura – 135º C
Caramelo – 142º C
Caramelo fuerte – 147,5º C
Color – 155º C
Espero que estos datos les sean de utilidad.
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