Cada día se ve menos en la calle la escena en la que una mujer embarazada se enciende un cigarrillo o unos padres se ponen a fumar cerca de su hijo recién nacido. Poco a poco se va tomando consciencia de la gran importancia sobre estos asuntos.
No obstante y a pesar de esta concienciación, todavía se puede ver madres que fuman durante el embarazo, algo bastante deplorable cuando saben la importancia y cuidado que lleva traer a un ser vivo al mundo. Esos niños no se merecen empezar con ciertas limitaciones en la salud por actos irresponsables de sus padres.
Por eso desde aquí arrojamos algunos datos que indudablemente condenan este acto como irresponsable:
- Cuando una mujer fuma durante el embarazo, el feto debe ser considerado fumador pasivo. Entre los efectos del tabaco destacan, el retraso del crecimiento intrauterino y el bajo peso al nacer en los recien nacidos.
- Los hijos de padres fumadores tienen un 20% más de riesgo de padecer asma, infecciones respiratorias (30%), otitis (50%), catarros frecuentes, tos persistente, etc.
- En la mujer, el tabaco, reduce la fertilidad, tiene mayor riesgo de tener abortos prematuros y espontáneos, produce hemorragias durante el embarazo y complicaciones en el parto.
- El tabaquismo materno durante el embarazo, tambien es un factor de riesgo relacionado directamente con el Sindrome de la muerte subita del lactante.
- Otro efecto nocivo bastante importante es el aumento de la presión arterial sistólica en los bebés respecto de los niños de madres no fumadoras.
En Vitónica creemos que estos son argumentos suficientes como para dejar el tabaco antes de concebir a un niño, si no es por la salud de la madre, que sea por la del pequeño.
Fuente: vitonica.com
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