Hoy tengo una gran noticia. Me enteré de que Ferrán Adria se cansó de El Bulli y de su cocina molecular, y enfiló para Barcelona a poner un bar de tapas con su hermano. Según el mismo Adriá contó al diario español ABC, no tiene ninguna pretensión de ser sofisticado sino algo más popular y tradicional.
¿A ustedes no los emociona más una buena mesa de tapas, con un jamon de Jabugo de aquellos, unos morrones asados o unas porciones de sabrosa tortilla? Honestamente me hace más ilusión una comida de fundamento, algo contundente y rico, pleno de sabores como un bueno guiso de lentejas.
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