El
licopeno, un carotenoide que se encuentra en altas concentraciones en
los tomates y productos a base de tomate, pueden reducir el riesgo de
ictus.
Cuando
se cocina el tomate, el aumento de la temperatura incrementa
significativamente los niveles de licopeno, que se absorben más
fácilmente por el cuerpo. Además de en el tomate, se puede encontrar licopeno en la sandía y el pomelo.
Los resultados de un estudio, publicado en la revista Neurology,
muestran que en comparación con los sujetos con bajas concentraciones
séricas de licopeno, los que tenían concentraciones más altas, tuvieron
un riesgo significativamente más bajo de cualquier tipo de accidente
cerebrovascular, y sobre todo de accidente cerebrovascular isquémico.
Se
reclutaron a 1031 hombres entre 42 y 61 años en los que se midieron las
concentraciones séricas de diversos carotenoides como el licopeno,
alfa-caroteno, beta-caroteno, alfa-tocoferol y retinol.
Durante
los más de 12 años que duró el estudio, se produjeron 67 accidentes
cerebrovasculares, de los cuales 50 fueron accidentes cerebrovasculares
isquémicos.
Se observó que una mayor concentración sérica de licopeno, pero de
ninguno de los otros carotenoides, se asoció con un menor riesgo de
accidente cerebrovascular.
Los
carotenoides reducen el riesgo de accidente cerebrovascular debido a su
función antioxidante. Dentro de estos, el licopeno tiene una función
antioxidante más eficaz y es un inhibidor de oxígeno reactivo más
potente, y por tanto es capaz de reducir el riesgo de accidente
cerebrovascular más que otros carotenoides.
El
licopeno también tiene otras funciones como la reducción de la
inflamación, el bloqueo de la síntesis de colesterol, aumenta la función
inmunológica e inhibe la agregación plaquetaria y la trombosis.
Fuente: salud-hoy.euroresidentes.com
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