viernes, 15 de marzo de 2013

"Creo que hay que reconocer y hacer más hincapié en los terruños"

Roberto de la Mota, enólogo y co-propietario de Mendel Wines, fue designado miembro de la Academia Internacional del Vino, una de las entidades más importantes a nivel mundial, con sede en Ginebra y presidida por el catador y experto chileno Mariano Fernández Amunátegui.

Esta entidad, conformada en 1971, luego de nueve años, vuelve a visitar América Latina, en esta oportunidad será el turno de Argentina.

Amunátegui junto a los más destacados catadores a nivel internacional estarán del 19 y el 23 de marzo. Dentro de su agenda está prevista una degustación de vinos en el Palacio San Martín (Buenos Aires) donde tendrá la oportunidad de familiarizarse con vinos de Patagonia, Salta, San Juan y La Rioja. La única provincia que recorrerán será Mendoza. Durante la estadía el objetivo es visitar diversas bodegas.

La única visita realizada previamente a América Latina fue el 2004 a Chile, donde recorrieron el país desde el Valle del Elqui hasta Cauquenes, pasando por Casablanca, Maipo, Colchagua y Maule.

Para conocer un poco más, sobre la Academia Internacional del Vino, el enólogo contó que es una institución, sin fines de lucro, fundada en 1971 por Constant Bourquin, periodista, columnista, editor, pero sobre todo gran fan de los vinos suizos. Actualmente la entidad está compuesta por 104 miembros provenientes de 17 países.

"Esta institución, sin fines de lucro, tiene como objetivo establecer cánones de calidad que definan al vino de noble origen; defendiendo la cauda del vino y de los aguardientes y sus derivados, al nivel más elevado posible. Sus criterios son la calidad, la autenticidad, la lealtad y la higiene. De este modo, es que está conformado por un consejo que es el órgano director que tiene la potestad de convocar a sus miembros cuando lo considere necesario, así como solicitar estudios que persigan el objetivo primero de la Academia que es el de constituir un foro intelectual favorecedor de la evolución de la cultura, la transformación, la promoción y la venta de vino frente a un estándar de la más alta calidad", precisó Roberto de la Mota.

- ¿Cómo llegaste a ser parte de la Academia Internacional del Vino?

- Llegó de la mano del actual presidente de la academia. Él, como chileno y diplomático, pensó que no era posible que la academia no tuviera un integrante argentino. Así fue que vino al país, se contactó conmigo, nos juntamos en la cosecha, charlamos, y me pidieron cierta información para poder estudiarme. Luego de haber enviado todo lo que me pidieron, hubo varios miembros que me propusieron para formar parte de la Academia -ya que esta es una de las condiciones, que por lo menos dos personas te propongan y luego la dirección de la entidad toma la decisión final-. Una vez que me aceptaron, me pidieron que preparara un trabajo de investigación, el cual presenté el año pasado en Ginebra.

- ¿Qué significa para vos formar parte de esta entidad?

- Creo que para mí tiene un significado mayor cuando pienso en mi padre. Para él hubiese sido mucho más importante aún, porque él le prestaba mucha atención a este tipo de cosas. 

De este modo, para mí significa el legado que me ha dejado mi papá. Él era una persona muy estudiosa y laburante, y me enseñó que había que para estar compitiendo a nivel mundial, era necesario estar investigando permanentemente. Si hay algo que me asombró de mi padre, es que siempre estuvo a la vanguardia, entendiendo a la vitivinicultura, sus avances, buscando permanentemente la calidad de los vinos.

- ¿Cuál es la diferencia entre esta institución y muchas otras?

- Esta entidad trabaja mucho a través de las innovaciones y avances del vino. Por medio de un foro de intelectuales, la academia permanentemente está realizando aportes científicos. Su base es preservar a los vinos nobles e investigar sobre los vinos de terruño.

- ¿En qué punto esta incorporación tuya le va a sumar al vino argentino?

- Es importante que ellos incorporen a los vinos del Nuevo Mundo y sobre todo de Argentina como vinos tan nobles como los del viejo mundo. Yo creo que la academia tiene una base filosófica demasiado ortodoxa. En este sentido, lo que quiero decir es que ellos consideran que los vinos de zonas irrigadas no son vinos tan nobles como aquellos que nacen de lugares que no se utilizan agua de riego. Pero cuando uno les manifiesta los fenómenos climáticos del país y cómo se vive la viña en un terruño como este, es cuando empiezan a entender a la vitivinicultura argentina y el aporte que podemos nosotros hacer.

Es por esto, que para mí era muy importante que ellos vinieran al país, así tienen la posibilidad de conocer e interiorizarse de nuestra cultura y la tradición que tenemos y el trabajo que venimos haciendo desde hace muchísimos años.

- Los trabajos de investigación que se realizan en la academia, ¿serán comunicados de una manera especial a la industria argentina?

- La academia tiene una comisión técnica y una de sus principales preocupaciones es fomentar los trabajos que se realizan en viticultura y enología. Esos trabajos son comunicados en las asambleas y a través de las vías modernas, como es Internet.

Los miembros que son técnicos presentan sus trabajos y además hay invitados que muestran sus estudios. Todos estos son auto financiados por la contribución de sus miembros.  

- La base de la Academia es fomentar el terruño, ¿cómo ves al país en este aspecto?

- Creo que hay que reconocer y hacer más hincapié en los terruños; se habla mucho pero poco se hace. Hay que empezar a diferenciar los diversos vinos. Al principio me parece que no hay que hablar de denominaciones de orígenes porque me parece una locura, no nos podemos adelantar en el tiempo. Pero lo que sí podemos hacer es hablar de indicaciones geográficas y empezar a comunicar sobre la importancia de lo que puede tener un lugar con respecto a otro. Debemos diferenciar los Malbec, los distintos lugares y sus características. Hay mucho por hacer, recién estamos empezando.

- ¿Cuáles son las novedades de la bodega?

- Este año vamos a presentar dos vinos. El primero es Lunta Torrontés 2012. Las uvas de este producto provienen de Cafayate, las cuales compramos. Esta es la primera producción y sólo hicimos 3.500 botellas. Las mismas serán exportadas principalmente a Francia y una pequeña porción a Suiza y Mendoza.

Por otro lado, presentamos Revancha 2009 un blend 55% Malbec, 35% Cabernet Sauvignon y 10% Petit Verdot. Este producto se comercializará a U$S 50.  

Fuente: Area del Vino

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