La creencia popular
Durante muchos años ha existido una creencia popular sobre los huevos
que decía que al comer las yemas de éstos, por ser el alimento más alto
con contenido de colesterol hacia que el nivel de colesterol en la
sangre aumentara peligrosamente, tal y como lo hacía cualquier alimento
que tuviera contenido de colesterol.
De hecho durante años, y seguramente hasta en la actualidad, los médicos, a los pacientes con problemas de colesterol,
lo primero que le quitaban de la dieta eran los huevos, aunque más
concretamente las yemas de estos, ya que era el lugar donde el huevo
llevaba su alto índice de colesterol.
Es más, si preguntáis a vuestra familia, a vuestros amigos, a
vuestros compañeros de trabajo o a quien queráis, cuantos huevos se
deben comer a la semana, más de mitad de las personas
os responderán rotundamente que nunca más de tres ya que tienen mucho
colesterol y hay que prevenir posibles riesgos para la salud.
Los estudios de los huevos y el colesterol
Tanto era el problema y la creencia tal que hace unos años dos
científicos de la universidad de Surrey realizaron un estudio para
confirmar si realmente el colesterol de las yemas de los huevos era tan perjudicial para nuestro organismo y en concreto para nuestros niveles de colesterol.
Descubrieron que no era el colesterol ingerido el que era problemático para los niveles de colesterol en el organismo, sino las grasas saturadas que se ingerían con los diferentes alimentos que componían las diversas y desequilibradas dietas de la gran parte de la población.
También un estudio de la nutricionista Juliet Gray y el profesor de
nutrición metabólica de la universidad inglesa Bruce Griffin,
descubrieron que el colesterol en los huevos sólo tiene un efecto pequeño y clínicamente insignificante en el colesterol de la sangre, de hecho sólo un tercio del colesterol sanguíneo se origina en la dieta.
Las Grasas saturadas aumentan el colesterol en sangre
En todos los estudios se vio que no se debía limitar el consumo de los huevos sino la cantidad de grasas saturadas que se ingieren normalmente,
ya que éstas aumentan considerablemente el colesterol en sangre, además
de otros factores como el fumar, el sedentarismo y el sobrepeso.
Así que la idea es todo lo contrario a lo que se creía en un principio, es decir, no hay que quitar los huevos de la dieta,
sino todo lo contrario, para que tu dieta sea sana debes de incluirlos
siempre ya que son uno de los alimentos naturales más altamente
nutritivos.
Los huevos
Puedes comerlos cocidos, en omelet, hervidos, en tortilla, crudos,
revueltos, estrellados, fritos, con jamón, con cebolla, con tomate, con
queso, con champiñones, con gambas, con espárragos o en ensalada, o
quizá hasta tienes tu receta secreta para comerlos a tu propio estilo, el tema es no dejar de comerlos.
El huevo contiene todos los aminoácidos esenciales
para el ser humano, está cargado de vitaminas (en especial vitamina B12,
ácido pantoténico, biotina, Vitaminas D, A, B2 y niacina) y minerales
(fósforo, zinc, selenio) y es relativamente bajo en calorías (hay 156
calorías en un huevo entero).
Es un alimento fácil y práctico de consumir y muy nutritivo, ya que contiene proteínas de excelente calidad y alto valor biológico, ácidos grasos mono y poliinsaturados, entre ellos omega 9 como el oleico, que ayudan a aumentar el colesterol HDL
o bueno, vitaminas, minerales y antioxidantes, con un bajo aporte
calórico, una gran capacidad saciante y sin conservantes, ni aditivos.
Tiene 215 mg de colesterol por yema, pero los estudios realizados muestran que sólo se absorbe el 15% del colesterol ingerido con los alimentos.
Por tanto al huevo hay que considerarlo como un alimento funcional y
fundamental en la dieta ya que proporciona beneficios adicionales para
la salud, más allá de las necesidades alimentarias básicas.
Fuente: vitonica.com
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