Pasear por las orillas del Loira y de sus afluentes nos permite
descubrir la más bella herencia arquitectónica que nos legaron los reyes
de Francia: innumerables monumentos históricos –fortalezas medievales,
castillos reales, residencias renacentistas o majestuosas catedrales –
que escenifican la historia de Francia.
El paseo comienza en
Sully-sur-Loire, propiedad del Duque de Sully; y continúa en la Sologne con
el castillo de Chambord, ideado por Francisco I, residencia y símbolo del Renacimiento francés que se eleva en el corazón de una inmensa finca.
En
Cheverny, Tintín nos hace de guía durante nuestra visita al castillo más contemporáneo.
El castillo de Blois
nos sumerge en la historia y se nos presenta como la residencia
favorita de los reyes de Francia: Luis XII, Francisco I y Catherine de
Médicis en particular residieron allí.
El Dominio de Chaumont sur Loire
domina el río desde la margen izquierda del Loira: al morir Enrique II,
su esposa, Catherine de Médicis, compró este monumento y exigió de su
rival, Diana de Poitiers, que se lo cambiara por el de
Chenonceau.
Este último nos lleva a dar un rodeo por las orillas
del Cher, que el castillo atraviesa con elegancia. Sigamos nuestro
recorrido hasta
Valençay, un regalo de Napoleón a Talleyrand. Un poco más lejos, en el Valle del Indre,
la Ciudad Real de Loches,
una de las más hermosas ciudades fortificadas de Francia, nos ofrece
visitar una torre del homenaje y una vivienda renacentista.
Después, volviendo a las orillas del Loira, nos detendremos en
el Castillo Real de Amboise que fue una de las numerosas residencias de Francisco I y la de Carlos VIII. Leonardo da Vinci, quien vivió en
el Clos Lucé (muy próximo al Castillo Real de Amboise) durante los tres últimos años de su vida, descansa en la capilla del Castillo Real.
En
Villandry, los jardines renacentistas se recorren entre coles, boj, calabazas y flores.
Azay-le-Rideau,
otro símbolo del encanto de las residencias italianas, se puede
descubrir también a través del espectáculo nocturno “Sueños y luces”. El
viaje por la región Centro termina en dos fortalezas;
Langeais, incuestionablemente medieval como así lo atestigua su puente levadizo en perfecto estado de funcionamiento y
Chinon, cuyas obras de restauración están abiertas al público.
El desfile de lugares prestigiosos continúa en el
País del Loira con la Abadía de Fontevraud, una de las mayores ciudades
eclesiásticas de Europa. La ciudad de Saumur ofrece acceso al castillo y
a la Escuela Nacional de Equitación con la entrada. Terminaremos
nuestro periplo por dos castillos situados en el corazón de las ciudades
de Angers y Nantes y que fueron residencias de los Duques de Anjou y de
Bretaña respectivamente. Este milagro arquitectónico fue declarado
Patrimonio Mundial de la UNESCO en el año 2000.
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