Tarte Tatin es una variante de la tarta de manzana en el que las manzanas han sido caramelizadas en mantequilla y azúcar
antes de incorporar la masa. Su peculiaridad es que se trata de una
tarta al revés, es decir, para su elaboración las manzanas se ponen
debajo y la masa encima.
La tradición dice que el Tarte Tatin fue creado por accidente en el 'Hotel Tatin' en Lamotte-Beuvron, Francia en 1889, lugar del que deriva el nombre. El hotel era regentado por dos hermanas, Stéphanie Tatin (1838–1917) y Caroline Tatintarta pero la historia más aceptada menciona que un despiste de Stéphanie Tatin hizo que se cocinaran más de la cuenta las manzanas,
y para no desperdiciarlas le pusieron la pasta encima y la hornearon, y
después le dieron vuelta con cuidado, dando lugar a esta variante tan
conocida en la cocina francesa.
La elaboración de esta tarta es muy sencilla y su presentación muy
adecuada para cualquier celebración. Los ingredientes necesarios son 5 o
6 (según el tamaño del molde) manzanas cortadas en gajos muy gruesos,
50 gramos de mantequilla, 200 gramos de azúcar,
dos cucharadas soperas de agua y una oblea grande de masa quebrada. Lo
más importante de la elaboración es contar con un molde de repostería
con bordes altos o una sartén de hierro fundido que se pueda introducir en el horno. En la sartén se hace un caramelo al que se añade la mantequilla
en trocitos. Cuando está ligeramente dorado, se ponen los gajos de
manzana intentando que queden apretados y colocados de forma estética, y
se cubre. Tras 5 o 10 minutos, se cubre con la masa quebrada a la que
haremos un par de agujeros para que salga el vapor. Se introduce en el
horno que estará precalentado a 200º y se deja unos 20 minutos o hasta
que la masa esté hecha. Se le da la vuelta encima de un plato cuando
está todavía caliente. De lo contrario, el caramelo enfriado habrá
pegado las manzanas al fondo del molde. Opcionalmente, se puede
acompañar de un helado de vainilla.
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