En los mejores chiantis actuales, la Sangiovese domina la mezcla, junto a una pequeña cantidad de Canaiolo (entorno al 5 por ciento) y Cabernet Sauvignon (que no supera el 10 por ciento). Los de Sangiovese y Cabernet son aún mejores, por el cuerpo, bouquet y longevidad que la última aporta al vino. Sin embargo, todavía se elaboran tintos de calidad bastante media con adición de uva blanca, en especial Ungí Blanca o Trepano. La Sangiovese prefiere los suelos calcáreos y bien drenados y necesita mucha atención en el viñedo para conseguir una fruta concentrada, aumentar el color, suavizar los taninos y lograr una acidez menos agresiva.
Vista: La Sangiovese a la vista da vinos que no se destacan por su fuerza colorante, de un tono rojo púrpura que evoluciona hacia el anaranjado.
Olfato: En nariz la Sangiovese presenta aromas florales, especialmente de rosas. Además da con aromas muy variables, pero casi siempre impregnados por un matiz terroso.
Sabores: La Sangiovese en boca tiene un toque de cerezas amargas al final, fresco. Se caracteriza también por su elevada acidez, poco extracto, graduación media y no ofrecer una resistencia demasiado buena a la oxidación.
Maduración
Para consumo rápido, dentro del año y medio de elaboración, salvo que se lo mezcle con otro cepaje que le otorgue más estructura. Su evolución en botella es veloz y desarrolla un bouquet que recuerda a pasas de uva. Si se conserva demasiado tiempo adquiere aroma a tomate y aumenta la acidez. En general, los elaboradores someten a la Sangiovese a una pequeña crianza en barrica vieja para cautivar su carácter vivaz y brillante.
Maridajes:
El Sangiovese es ideal para acompañar:
- Pizzas;
- Pastas con salsas de tomates;
- Pescados fritos y marinados;
- Pescados a la plancha;
- Arroces.
La temperatura de servicio de un Sangiovese, la cual le permite al vino exponerse delante de nosotros destacando sus aromas y sabores, ronda los 15 grados.
Fuente: deliciasdebaco.com
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