miércoles, 23 de abril de 2014

Un año sin comer azúcar y sus consecuencias. La saludable y difícil aventura de una familia

Sabemos que el azúcar es uno de los grandes males de la actualidad, pues es difícil escapar de su consumo y además, en exceso puede hacer mucho daño. Por eso, Eve Schaub decidió embarcarse junto a su familia en la saludable y difícil aventura de pasar un año sin comer azúcar para evaluar las consecuencias sobre su organismo.

La difícil aventura


Eve, su esposo y sus dos hijas de 6 y 11 años decidieron dejar de consumir azúcar y cualquier alimento que lo contenga por un año. Incluso, en su dieta se excluirían alimentos con miel, siropes u otros endulzantes naturales, así como también, todo tipo de alimentos con azúcares alcoholes.


Sólo una vez al mes se permitían comer un dulce real con azúcar añadido y en caso de algún cumpleaños en la familia, se permitirían elegir un dulce y consumirlo. El resto de los días durante un año, salvo que sea azúcar contenido en un alimento de forma natural, como puede ser la fruta, no consumirían nada con hidratos simples añadidos.

Los resultados


Cuando comenzó toda esta aventura que parece muy saludable para la familia, lo primero que pudieron concluir es que resulta muy difícil erradicar los azúcares de la dieta, pues hasta el alimento menos esperado lleva azúcares añadidos. Por ejemplo, desde las galletas y alimentos para bebés hasta los caldos, ensaladas, fiambres y salchichas contienen hidratos simples.


Sin embargo, poco a poco el paladar se fue adaptando y volviendo más sensible a los sabores, mientras que uno de los principales cambios que reconoce Eve tras eliminar el azúcar en la dieta es su mayor nivel de energía, pues ya no se sentía tan cansada como antes, sino increíblemente más fuerte y vital.


Así continuó la aventura hasta que en la celebración del cumpleaños de su esposo, tras consumir una pequeña porción de pastel, experimentó una mala sensación durante la cual su corazón se aceleró y comenzó a latir más rápido, su cabeza comenzó a doler y sus dientes también experimentaron un dolor como nunca antes le había sucedido.


Además, su paladar sensible no pudo terminar la porción de pastel, y ni siquiera experimento placer tras su ingesta, sino todo lo contrario. 


Por su parte, sus hijas tuvieron menos inasistencias por enfermedad en la escuela y todos ellos se sienten mejor, más sanos y con más energía a diario. 


Desde ahí, la saludable y difícil aventura de eliminar el azúcar de su dieta por año culminó, pero nunca volvieron a comer como antes. Ahora usan mucho menos azúcar para endulzar, no consumen a diario alimentos que contengan hidratos simples y reservan los dulces para ocasiones especiales.


Así, esta fue una saludable aventura para la familia porque les permitió darse cuenta lo mucho que se puede lograr cuidando la ingesta de azúcar en la dieta, aunque sin duda no fue una aventura fácil de lograr. Por ello, desde Vitónica apoyamos la reducción de los hidratos simples sin necesidad de erradicar el azúcar totalmente de la dieta.


Pero, si queremos cuidar la salud y sentirnos mejor tanto por dentro como por fuera, resulta clave moderar el consumo de azúcar en la dieta diaria



Fuente: vitonica.com

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