La previsión a febrero era de 20,9 millones de quintales de uva en el
país y 27% de merma interanual. Pero los últimos datos indican que se
recogieron 22,2 millones de quintales. Expectativas por el impacto en el
precio.
El pronóstico de diciembre lo estableció, y el ajuste de febrero no hizo
más que corroborarlo: la vendimia 2014, con 20.957.894 de quintales de
uva por recolectar, pasaba a convertirse en la más pobre de los últimos
15 años por efecto del combo intenso calor - frecuentes lluvias -
granizo, colocándose 27% por debajo de la producción de 2013.
Sin embargo, el último informe de la marcha de la cosecha elaborado por el INV señala un cambio de escenario incipiente que podría resultar poco favorable para los planes del Gobierno provincial de tonificar los precios.
Es que los datos de la recolección al 13 de abril último dan cuenta de 22.244.179 quintales, lo cual implica una reducción de la merma proyectada a 22% o tal vez menos, que se magnifica frente al más reciente ajuste del pronóstico (a marzo), cuando se redondeaban pérdidas en torno al 30%.
A un ritmo de 3 millones de quintales semanales recogidos, y con al menos una semana más de vendimia por delante, es previsible que la cifra ponderada por el Instituto termine siendo mayor. Con lo cual puede inferirse un impacto en los precios, la gran variable que sufrieron los productores primarios y que disparó por primera vez en mucho tiempo la intervención de la Provincia como comprador de materia prima.
"La fecha tope sería el 4 de mayo, pero queda uva y uno de los factores analizados es que la botritis no habría afectado tanto como se esperaba en la uva mezcla utilizada habitualmente para mosto", señaló Daniel Rubio, del área de Fiscalización del INV, ante la consulta sobre los motivos de la diferencia en la cuantificación.
Sin embargo, desde el sector primario el dato ya empezó a disparar dudas. "No digo que haya mala fe, pero cada año sobre el final se cosecha más que en el resto. Por otra parte, aunque participe el IDR, todas las cifras se manejan en última instancia desde el Instituto; por eso pedimos que intervengan otras áreas técnicas como Ciencias Agrarias para darle más transparencia a la información de la cosecha, y que deje de ser un secreto de Estado", enfatizó Daniel Rodríguez, presidente del Centro de Viñateros.
Efectos de una merma menor
Respecto al impacto de los nuevos números, la entidad que nuclea al sector vitícola estima que, por el contrario, las pérdidas promedio no son inferiores al 25% y pueden llegar hasta 50% en algunos oasis como la zona Sur.
Para Rodríguez, con los datos oficiales "lo que se hace es morigerar la merma, una señal de que tenemos que resignarnos a los precios actuales, que están pisados".
Algunos referentes de la industria, como Mauro Sosa, gerente del Centro de Bodegueros y Viñateros del Este, aventuran una brecha aún más amplia al final de la vendimia. Según Sosa, "tiene que ver con la heterogeneidad. A nivel general faltan un par de semanas, y considerando que un ciclo de cosecha usualmente se estira a 22, a este ritmo terminar con 3,5 millones de quintales por encima de lo pronosticado no debería sorprender".
Desde la cámara regional proyectan que los 7,6 millones de quintales acumulados al domingo 13 pueden superar los 8 millones, lo que representaría un 23% de retracción interanual.
Sin embargo, el último informe de la marcha de la cosecha elaborado por el INV señala un cambio de escenario incipiente que podría resultar poco favorable para los planes del Gobierno provincial de tonificar los precios.
Es que los datos de la recolección al 13 de abril último dan cuenta de 22.244.179 quintales, lo cual implica una reducción de la merma proyectada a 22% o tal vez menos, que se magnifica frente al más reciente ajuste del pronóstico (a marzo), cuando se redondeaban pérdidas en torno al 30%.
A un ritmo de 3 millones de quintales semanales recogidos, y con al menos una semana más de vendimia por delante, es previsible que la cifra ponderada por el Instituto termine siendo mayor. Con lo cual puede inferirse un impacto en los precios, la gran variable que sufrieron los productores primarios y que disparó por primera vez en mucho tiempo la intervención de la Provincia como comprador de materia prima.
"La fecha tope sería el 4 de mayo, pero queda uva y uno de los factores analizados es que la botritis no habría afectado tanto como se esperaba en la uva mezcla utilizada habitualmente para mosto", señaló Daniel Rubio, del área de Fiscalización del INV, ante la consulta sobre los motivos de la diferencia en la cuantificación.
Sin embargo, desde el sector primario el dato ya empezó a disparar dudas. "No digo que haya mala fe, pero cada año sobre el final se cosecha más que en el resto. Por otra parte, aunque participe el IDR, todas las cifras se manejan en última instancia desde el Instituto; por eso pedimos que intervengan otras áreas técnicas como Ciencias Agrarias para darle más transparencia a la información de la cosecha, y que deje de ser un secreto de Estado", enfatizó Daniel Rodríguez, presidente del Centro de Viñateros.
Efectos de una merma menor
Respecto al impacto de los nuevos números, la entidad que nuclea al sector vitícola estima que, por el contrario, las pérdidas promedio no son inferiores al 25% y pueden llegar hasta 50% en algunos oasis como la zona Sur.
Para Rodríguez, con los datos oficiales "lo que se hace es morigerar la merma, una señal de que tenemos que resignarnos a los precios actuales, que están pisados".
Algunos referentes de la industria, como Mauro Sosa, gerente del Centro de Bodegueros y Viñateros del Este, aventuran una brecha aún más amplia al final de la vendimia. Según Sosa, "tiene que ver con la heterogeneidad. A nivel general faltan un par de semanas, y considerando que un ciclo de cosecha usualmente se estira a 22, a este ritmo terminar con 3,5 millones de quintales por encima de lo pronosticado no debería sorprender".
Desde la cámara regional proyectan que los 7,6 millones de quintales acumulados al domingo 13 pueden superar los 8 millones, lo que representaría un 23% de retracción interanual.
En línea con los datos del Instituto, la vendimia de Mendoza ya trepó a 14,7 millones de quintales, aún lejos de los 19,6 millones de 2013 pero más cerca de los 14,9 resultantes en 2012.
¿Puede impactar el recorte en los precios, ya de por sí deprimidos al comienzo de la temporada?
Si de señales se trata, una industria marcadamente signada por las expectativas empezó en febrero, con un pronóstico pesimista y el operativo de compra en marcha, sumada la proyección de existencias vínicas cortas al 2015, a mostrar indicios de recuperación que no terminaron de estabilizarse, salvo en un principio con el blanco escurrido, que trepó de $ 1,90 a cerca de $ 3 el litro.
Por el momento, un balance parcial señala que el operativo puesto en marcha por la Provincia no incidió demasiado, en parte porque la inyección de fondos parece no haber sido suficiente: un ejemplo lo representan las 70 mil operaciones de uva rosada registradas en la Bolsa de Comercio a poco más de $ 2 por kilo, en un mercado donde muchas más se cierran a poco más de $ 1,40.
"El pronóstico genera expectativa. No deberían bajar los precios; por el contrario, tienen que acomodarse al ritmo de la inflación, pero igualmente (la situación) exige monitorear la coyuntura", concluyó Sosa.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2014/4/20/ahora-segun-cosecha-2014-supera-pronosticado-780236.asp
Fuente: Area del Vino
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