miércoles, 13 de marzo de 2013

Trastornos alimentarios: cuándo estar alerta

Cuando una persona sufre bulimia o anorexia nerviosa es importante que sus familiares, amigos, compañeros o aquellos con los que comparte más tiempo en la cotidianidad, puedan estar atentos ante las señales de alarma que envíen sus comportamientos para ayudarla a tratar estas patologías.

Edith Szlazer, médica psiquiatra y psicóloga, explica que en el caso de la anorexia lo que sucede es la pérdida de peso en un corto periodo de tiempo, más del diez o quince por ciento y, además, se nota la extremada delgadez en la persona. En la bulimia lo que debería llamar la atención es cuando se levantan al baño cada vez que terminan de comer y también el aislamiento.

La médica especialista en nutrición Alicia Langellotti, de la Sociedad Argentina de Nutrición, señala: “A lo que tienen que estar atentos los familiares, amigos, docentes, compañeros de la escuela o trabajo, es a la exagerada preocupación de una persona por lo que come y cuánto. También cuando se le da demasiada importancia a la selección de ciertos tipos de alimentos, evitando las harinas y las grasas. Otros signos de alarma son la gran preocupación por la imagen corporal, estar muy pendiente del peso, buscar planes de alimentación en revistas o diarios y no consultar con el médico, y exagerar con la actividad física”.

No hay que confundir a aquella persona que quiere llevar una vida saludable, que se preocupa por mantener hábitos sanos en su alimentación y en el día a día, con aquella que padece un trastorno alimentario como la bulimia o anorexia nerviosa. En este sentido, Carmen Strucelj, psicóloga y terapeuta familiar e individual de la Fundación Manantiales, asegura que hay personas que se quieren cuidar, pero no por eso dejan de hacer otro tipo de actividades. En el caso de un trastorno alimentario, dice la especialista, la vida “se reduce a la comida” y se asumen “características muy obsesivas” que afectan la cotidianidad.

Cuando las sospechas aparecen, es fundamental no dejar pasar tiempo para hacer la consulta con los profesionales médicos. Se trata de una adicción, se trata de la vida de la persona que la padece. Por eso a la hora de encarar el problema, la mejor manera de hacerlo es a través del diálogo: “Muchas veces se hace difícil porque las personas que están enfermas se resisten al cambio. Hay que tratar de confrontar al paciente con lo que le está pasando. En principio se va a resistir, pero de a poco, con la ayuda terapéutica, lo va a aceptar”, señala Strucelj. En cuanto a esto, Szlazer dice que hay que ser firmes y consultar con el médico como se hace con cualquier otra enfermedad: “No hay que pensar que el paciente va a cambiar solo. Hay que llevarlo al tratamiento y no esperar”.

El rol de la familia es crucial en este sentido, porque son quienes acompañan al paciente en su vida diaria. Langellotti explica que esta contención es fundamental, sobre todo porque quienes padecen estas patologías en su mayoría son adolescentes o jóvenes, y es a lo que el equipo de profesionales tiene que apuntar. “Son patologías multifactoriales. Por un lado está lo individual, pero también lo familiar y social porque hay mensajes y conductas que influyen para que esta persona, con ciertas características, desarrolle el trastorno alimentario”, sostiene.

Estar alertas cuando estas conductas de restricción, obsesión y aislamiento aparecen es muy importante. También no dejar que el tiempo pase para acudir a la ayuda o consulta médica. Pero tampoco hay que dejarse engañar, algo usual en los comportamientos de quienes sufren un trastorno alimentario. Strucelj asegura que, como en otras adicciones, la mentira o la manipulación son características: “Intentan tratar de seguir con esas conductas y para evitar que la familia se dé cuenta pueden armar distintas situaciones para disimular y esconderse. A veces los pacientes mismos, cuando están en tratamiento, lo reconocen”.

Acercarse al otro haciéndole comprender que, en definitiva, es por su propio bien, que la ayuda es necesaria y que lo importante es aceptarse a uno mismo, sin que los estereotipos sociales se interpongan.

Fuente: clarin.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina