lunes, 11 de marzo de 2013

Pelleriti, tras los 100 puntos Parker: "No me la creo, soy un enólogo que sigue laburando como antes"

Hablar de Marcelo Pelleriti no es hablar de un enólogo convencional: su vida se reparte entre vendimias en Francia y en la Argentina, conduce un programa de radio todos los fines de semana junto a otro peso pesado de la industria como Alejandro Vigil y, además, se da el gusto de despuntar su amor por la música de la mano de un festival de rock que cada año se gesta en la Bodega Monteviejo, en el Valle de Uco.

El hecho de que en más de la mitad de las fotos que circulan en la web este winemaker esté empuñando una guitarra no es casualidad.

Pero Pelleriti, decíamos, no es un enólogo convencional: de ahora en más deberá cargar en su currículum con los 100 puntos Parker que logró de la mano de un vino que desde 2006 elabora en Francia.

En la industria vitivinícola local causó una conmoción y las redes sociales se revolucionaron con este hito. Sus colegas lo colmaron de felicitaciones y de halagos de todo tipo: "Para mí ya tenía 100 puntos antes de que se los diera Parker", twitteaba días atrás un reconocido winemaker, dejando en claro el respeto que le tienen.

El vino que lo encumbró es el Château La Violette 2010, un 100% Merlot que elabora en Pomerol, en una de las propiedades de la bodeguera francesa Catherine-Pére Vergé, quien también es dueña del proyecto Monteviejo, en Clos de Los Siete.

Para agregarle una pincelada más de épica a esta historia, cabe destacar que Pelleriti también logró 99 puntos de la mano de otra etiqueta: Château Legay 2010.

Por todo esto, Pelleriti es el enólogo del momento de la vitivinicultura nacional y la figura elegida por Vinos & Bodegas para una extensa charla en la que explica qué hay después de un puntaje perfecto.

-¿Te cambió la vida el hecho de recibir 100 puntos Parker?
-La verdad es que no me la creo para nada. Recibir ese puntaje sin dudas fue importante, pero quiero seguir caminando con los pies en la tierra. Soy un enólogo que sigue laburando igual que antes. Hay mucho trabajo por delante, sólo pienso en eso. Tenemos un camino largo por recorrer y estoy aportando mi experiencia para tratar de mejorar la calidad de los vinos argentinos día a día y aportar algo a la vitivinicultura nacional.

-¿Te desvela ahora conseguir un vino perfecto hecho en la Argentina?
-Esperemos que alguna vez llegue, pero no me desvela. Simplemente hay que trabajar como se viene haciendo en Francia. Todos los años hay que avanzar un poco más y hacer mucho foco en la calidad. Creo que vamos a llegar, pero no me desespero y sé que esto no se logra el año que viene. Va a ser un proceso gradual.

-¿Lo tomás como un desafío personal?
-Los enólogos siempre tenemos ese desafío personal. De todas formas, el objetivo de nuestra bodega en Mendoza no es estar atados a los puntajes de Parker o de otros críticos. Tratamos de vender vino y punto. Es muy peligroso hacer y vender vinos pensando sólo en Parker... en Francia he visto enólogos llorar por un mal puntaje. En cambio para mí, hacer vino para mí es un placer, no me estresa. Es más, si pudiera hacer cinco cosechas en un año lo haría.

-¿Qué historia tenía el Château antes de tu llegada? 
-La Violette se compró en el 2006 y es un Château que tenía muchísmo prestigio, pero en los últimos años había entrado en un ocaso. Hasta los año ´50 estaba al mismo nivel de Petrus, pero por mal trabajo su reputación cayó. En el 2006 lo que hicimos fue empezar a trabajar de a poco y recuperar ese brillo.

-¿Fue difícil adaptarte a Francia?
-Fue muy difícil comenzar a trabajar en Pomerol, me sentía como una mosca en la leche. Pero creo que no existen los genios. La única clave es el trabajo y tener voluntad para laburar, así es como las cosas se van cumpliendo. Además, es importante mencionar que no trabajo solo. Cuento con mi equipo propio de dos personas que siempre me acompañan desde la Argentina: Ceferino, que trabaja en todo lo que es microvinificaciones y Marcelo, que me ayuda en todo lo que es vinificación tradicional.

-¿Qué características tiene el viñedo de La Violette? 
-La clave justamente está en el tipo de viñedo, que es un verdadero lujo. Es muy, muy viejo y tiene muchos problemas con las enfermedades por su propia edad. Pero al momento de probar la uva, cosechar y elaborar el vino... es espectacular, algo fuera de serie. Te da un vino que tiene una paleta de aromas enorme, con mucha fruta, minerales, flores y siempre está equilibrado.

-¿Y cómo fueron las añadas anteriores?
-La primera cosecha fue en el 2006 y la verdad no fue tan buena, porque todavía teníamos que entender el viñedo. Pero en el 2007 empezamos a encontrarle la vuelta. La clave de este Merlot es que es 100% microvinificado. Esto nos permite sectorizar parcelas y armar un abanico de distintos estilos. Además, usamos 100% roble nuevo pero la madera está muy bien integrada, aparece un tanino dulce y conserva la fruta. Esto lo logramos gracias a la microvinificación.

-¿Qué opinión tenés del Merlot argentino en general y del de Mendoza en particular?
-Y, te respondo diciendo que cuando hablamos de Argentina, hablamos de Malbec. Cuando hablás de Merlot hablás de Francia. No creo que se puedan hacer acá grandes ejemplares para competir con productores de Francia. No están dadas las condiciones para hacer un varietal muy exitoso, pero sí funciona muy bien para corte. Si tuviese que buscarle un compañero al Malbec, diría que la cepa que tiene muchísimo futuro en la Argentina es la Cabernet Franc.

-¿Qué vas a hacer ahora que lograste los 100 puntos? Imagino que te quieren contratar de todas partes del mundo...
-La verdad es que quiero seguir trabajando en lo que estoy. Y si bien siempre tengo proyectos, mentalmente prefiero parar un poquito la pelota, ir despacio, mirar bien lo que ya estoy haciendo y mejorar. No pienso entrar en ninguna locura ni enceguecerme por este reconocimiento.

-¿Cuáles son tus referentes en la industria?
-Mi mentor es Michel Rolland. Más que un mentor diría que es como un padre. Después, enólogos argentinos hay muchos, pero respeto muchísimo como persona y profesional a Roberto de la Mota. Entre los más cercanos a mi generación, diría que a Ale Vigil. Todos tienen en común que son tipos inquietos y que siempre le aportan algo nuevo al mundo del vino. 

Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas iProfesional.com - vinosybodegas@iprofesional.com 

Fuente: iprofesional.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina