miércoles, 13 de enero de 2010

Las espinacas

No es casualidad que el endeble Popeye necesitase una lata de espinacas cada vez que quería defender a la pobre Olivia del acoso de Brutus. De hecho, la fama que tiene esta verdura es totalmente merecida, aunque es necesario acabar con algunos mitos exagerados sobre su aporte de hierro. No obstante, sus propiedades nutritivas son muchas, ya que no sólo aportan energía y fuerza, además son ligeras y no tienen un solo gramo de grasa.

Se desconoce el origen silvestre de la espinaca, aunque se pueden ubicar los primeros cultivos en la zona del Cáucaso y parte de Persia. Hace mil años llegaron las espinacas a Europa, gracias a las invasiones árabes. Alrededor del siglo XI, los musulmanes introdujeron en la dieta medieval de la Península Ibérica esta verdura, aunque también llegaría a otras partes del Viejo Continente, gracias a las incursiones en Oriente Próximo de los cruzados.

La agricultura europea asimiló su cultivo ya en los siglos XVI y XVII, llegando a América con los conquistadores españoles. Durante la Primera Guerra Mundial, a los soldados franceses que sufrían hemorragias se les daba vino con jugo de espinaca, ya que se creía que el alto contenido en clorofila de esta planta les serviría para acelerar su recuperación.

Esta verdura hoy día ya está introducida en la dieta de todo el mundo y se cultiva en la mayoría de los países del planeta, aunque las mayores cuotas de producción proceden de Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, Holanda y Japón.

Propiedades muy saludables

Sus hojas de verde intenso y oscuro esconden gran cantidad de vitaminas y minerales. Las vitaminas A y C son las que están más presentes en esta verdura, aunque el mejor modo de aprovecharse de estos nutrientes es comiendo las hojas en crudo, en ensaladas por ejemplo. Existen gran variedad de espinacas, todas ellas clasificadas por el tipo de hoja.

No sólo son nutritivas y deliciosas, sino que además contribuyen a mejorar nuestra salud: ayudan a hacer la digestión y alivian el estreñimiento gracias a la fibra; y además disminuyen la presión arterial. Las personas que sufran hipertensión pueden aprovecharse de las sanas cualidades de esta verdura tomando tres cucharadas diarias de jugo de espinaca.

Esta planta tiene excelentes propiedades medicinales al comerla, pero también por vía tópica podemos solucionar algunos problemas de la dermis. Si tenemos la piel irritada, recurriremos a un ungüento de espinacas elaborado con hojas cocidas y aplicado directamente con una gasa sobre la zona afectada.

Cultivo y consumo
Las espinacas se consideran verduras en el mundo de la gastronomía, pero desde el punto de vista botánico, son hortalizas. Su periodicidad es anual y se cultivan en suelos blandos, con buena cantidad de abono y nutrientes.

Se pueden comprar en el mercado a partir de finales de otoño; se comercializa en invierno y hasta primavera, con lo que es posible disfrutar de su sabor durante casi todo el año.

A la hora de elegir la mejor variedad en el mercado, debemos fijarnos en los ejemplares con las hojas más luminosas. Deberán ser parejas y de un verde intenso, desechando los manojos con hojas marchitas, porque las espinacas son muy delicadas y pueden pudrirse rápidamente. Una vez cocinadas, su consumo tiene que realizarse en las 24 horas siguientes.

Información nutricional
El aporte calórico de las espinacas es mínimo: 100 gramos de esta verdura aportan sólo 16 calorías. Tampoco tiene colesterol y no tienen grasas, con lo que se convierte en ingrediente imprescindible para dietas de adelgazamiento.

Las espinacas se consideran una fuente poderosa de minerales, sobre todo de hierro. Aunque las cantidades de este mineral son importantes, es un mito que las espinacas dispongan de grandes cantidades de hierro. No sólo su absorción es variable, sino que estas verduras poseen mucha más cantidad de magnesio, calcio, fósforo, potasio y sodio, de ahí que sean vitales en la alimentación de niños y adolescentes.

Las hojas disponen de ácido fólico en abundancia, esencial para la formación de la sangre. Pero, a su vez, suministran importantes cantidades de ácido úrico y oxálico, por eso, aquellos que padezcan gota, cálculos renales o artritis deberán consultar con su especialista para que les recomienden el consumo más adecuado para ellos.

En cuanto a sus vitaminas, las espinacas tienen gran cantidad de betacarotenos, precursores de la vitamina A, que disponen de una importante función anticancerígena. Las espinacas también tienen vitamina C, aunque se pierde al cocinarlas, por eso en los estados carenciales de vitamina, es mejor tomar esta verdura en ensalada. También es rica en vitamina B9.

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