¿Es una racha de buen humor o una estudiada estrategia? Desde hace tres días apareció en escena una Cristina Kirchner más relajada y chistosa, consejera sexual y dietóloga, que emula el tono gauchesco de Alfredo De Angeli y se ríe ante el desparpajo de unos jóvenes que le salpicaban su cuidado vestuario desde una pileta de Lomas de Zamora.
En las primeras líneas del poder señalan que la actitud descontracturada de la Presidenta ?con sus llamativas recomendaciones de comer cerdo en lugar de tomar Viagra? es el reconocimiento de una falla que encuestadores, publicistas y asesores de imagen que alguna vez pudieron penetrar los muros de la quinta de Olivos le marcan desde hace tiempo: la pose erudita y excesivamente didáctica no colabora para revertir su caída en la percepción pública.
Ella aceptó probar un nuevo estilo, dijeron fuentes de la Casa Rosada. Y Néstor Kirchner aportó lo suyo. El ex presidente les contó a sus allegados, según pudo saber La Nacion, que quiere bajar su alta exposición para colaborar con su esposa en el intento de recobrar protagonismo. El ahora diputado confesó en la intimidad que se arrepentía de haber participado el domingo del programa 6, 7, 8, de Canal 7, porque le quitó espacio a la Presidenta.
El cambio de estrategia, que sorprendió a varios funcionarios de Balcarce 50, tiene que ver con un reconocimiento tardío de la Presidenta de que era necesario limitar el discurso teórico, lo que no significa que deje de hacer críticas.
Después de las recomendaciones sexuales, con confesiones de los beneficios supuestamente afrodisíacos que le había dado comer carne de cerdo, ayer la Presidenta aportó algo más. Dijo que había que ingerir pollo porque ayuda a adelgazar. "Es una carne muy magra, sobre todo la pechuga, así que adelgaza." A eso le mechó, sin perder sus mañas, la interpretación política de la cuestión, para asombro seguro de dietólogos y nutricionistas. "Si uno está delgado y, además, hace actividad física, entonces siente que tal vez pueda volar con sus sueños, como los pollos", aportó en un acto en Capitán Sarmiento.
"Noté un cambio. Aunque sigue enojada, se la ve relajada y me gustó. Creo que una actitud descontracturada aporta mucho en momentos de conflicto", opinó Analía Del Franco, directora de la consultora Analogías.
Fernando Braga Menéndez, publicista y kirchnerista explícito, agregó: "Es bueno que los líderes se comuniquen en términos cotidianos y de entre casa con los grandes masas". Eso sí, la recomendación es evitar la sobreactuación. "Por ahora parece genuino. Es importante que sea espontáneo y que no se transforme en una exageración", planteó Del Franco.
Uno de los pocos hombres que acceden a la intimidad presidencial, y que por supuesto pidió el anonimato, contó a La Nacion que desde que Cristina Kirchner asumió se le aconseja hacer cambios en su tono. "La Presidenta tomó conciencia. Ella ya sabía, desde la resolución 125 para acá, que otro tipo de discurso le vendría mejor", apuntó.
Pero los Kirchner no son afectos a los asesores. De hecho, el último y pomposo desembarco de un joven marketinero, hermano de la personal trainer de Cristina, Maximiliano López, se frustró sin siquiera recibir un "gracias, pero no".
Aunque no es época electoral, los Kirchner no perdieron de vista en estos meses los resultados de las encuestas, la obsesión del matrimonio presidencial, que desde el conflicto con el campo, en 2008, les viene dando más de un dolor de cabeza.
Fuente: lanacion.com
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