Pekín. (EFE).- La Gran Muralla y los Guerreros de Terracota, dos clásicos chinos del arte universal, se podrán ver, oler y comer en el Parque Temático de Chocolate de Pekín, que abrirá sus puertas el próximo 29 de este mes, ya que ambos hitos históricos han sido representados para esta exposición en masa de cacao belga.
Una representación de la Gran Muralla de 12 metros de longitud y compuesta por siete toneladas de chocolate es uno de los mayores reclamos del parque temático de chocolate de Pekín, situado en una plaza al norte del Nido (Estadio Olímpico) que hasta el próximo 10 de abril espera recibir entre 10.000 y 20.000 visitantes.
Las primeras 500 personas que acudan a esta instalación de 20.000 metros cuadrados, inspirada en la obra de Roald Dahl "Charlie y la fábrica de chocolate" y sus películas homónimas, podrán saborear la réplica de la Gran Muralla cuando en la entrada les entreguen un pequeño trozo de la estructura que representa esta fortaleza milenaria.
La fortificación de chocolate se encuentra en uno de los cinco pabellones que conforman el parque y junto a ella se encuentran, empequeñecidos, guerreros idénticos a los 7.000 que vigilaron la tumba secreta de Qinshihuang, el primer emperador de China, en Xian (provincia norteña de Shaanxi).
Los verdaderos soldados son a tamaño natural, mientras que los de cacao de Pekín miden unos 20 centímetros de altura y forman un conjunto de, aproximadamente, 1.000 figuras.
Además de este gran grupo, hay otros tres guerreros que sí mantienen la escala humana, igual que los reales, y que dan la bienvenida al visitante con el intenso olor a chocolate que desprenden de su cuerpo.
El parque no sólo alberga estos dos mitos históricos, sino también porcelanas chinas de la dinastía Ming y prendas tradicionales convertidas en dulces.
Asimismo, la exposición dedica rincones a los momentos y artilugios correspondientes a la vida moderna del gigante asiático, desde calzado y animales domésticos a un coche de tamaño natural (el primero así en la historia de China), pasando por la imagen de un baloncestista en volandas que marca una entrada para lanzar el balón a canasta.
La creadora de la idea de construir este parque, Zheng Yaoqing, explicó a Efe que la instalación expone varios temas.
"Uno es el chocolate en el mundo y el patrimonio de China. También hay otra zona dedicada a la moda y a la vida moderna, incluyendo vehículos, aviones, ocio y deporte", añadió Zheng.
Las imitaciones se mantendrán a una temperatura de 18 grados bajo cero bajo la supervisión de un grupo de técnicos.
El objetivo de los responsables del parque, cuya planificación ha supuesto dos años de trabajo y el empleo de 80 toneladas de cacao, es que éste se convierta en un "símbolo" de Pekín durante los meses de invierno.
Así, también habrá una tienda en la que comprar chocolate y los visitantes podrán observar cómo es el proceso de elaboración de caramelos artísticos procedentes de los cinco continentes que llevarán a cabo profesionales especializados en la materia e, incluso, participar en su realización.
La entrada al parque costará 80 yuanes (11,7 dólares y 8,2 euros) para los adultos y 60 (8,7 dólares y 6,2 euros) para los ancianos y niños.
El chocolate llega con fuerza este mes a China, ya que, además de la apertura del parque de Pekín, una iniciativa de chocolateros franceses ha inaugurado el primer salón de este dulce en la ciudad de Shangai con el objetivo de seducir a los jóvenes chinos con un producto más dulce que el que fabrican en Francia en respuesta a los gustos locales.
Los chinos, por tradición, no son grandes consumidores de chocolate porque era un producto prácticamente desconocido para ellos hasta hace unas décadas, cuando este dulce se popularizó entre las generaciones más jóvenes y abiertas a la influencia cultural occidental.
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