Después de la ocupación comunista china, 100.000 tibetanos siguieron a su líder espiritual el Dalai Lama a la India en el año de 1959. Para el gobierno en el exilio la educación de los niños se convirtió en una prioridad. Por lo tanto, se construyeron escuelas. Posteriormente los tibetanos observaron que en la mayoría de estas, la educación estaba fuertemente influenciada por la vida en la India y que una parte de la educación tibetana estaba siendo ignorada; esta situación aunada a la destrucción de templos y centros de enseñanza en el Tíbet y la llamada “Revolución Cultural”, propició que los tibetanos en el exilio se unieran y con el apoyo de modestas contribuciones lograron construir un pequeño centro para la educación y la cultura tibetana al sur de la India, llamado Shartse en honor al más grande centro de aprendizaje cercano a Lharsa en el Tíbet.
Gaden Shartse, o Shartse como comúnmente se le conoce, fue inagurado en 1969 con 48 refugiados tibetanos. Hoy en día cuenta con más de 1.400 tibetanos becados, escritores, estudiantes y administrativos. Como cualquier otra institución tibetana de la India, en sus inicios los miembros de Gaden Shartse se establecieron en Mysore, ciudad más cercana al monasterio (para llegar había que viajar un día completo en autobús).En un principio se establecieron en tiendas de campaña y posteriormente gracias a donaciones, los residentes construyeron un estructura de “bambú y lodo” que funcionó como un salón comunal en donde dormían, comían, oraban y hacían debates didácticos y estudiaban. En un principio más de la mitad de ellos murieron por enfermedades y epidemias, ya que muchos no tenían experiencias en finca, ni en las condiciones del suelo, del clima y pestes prevalecientes een la India, ellos aprendieron la agricultura sembrando en tierras facilitadas por el gobierno de Karnatak. Tres años después se inscribió el primer grupo de nuevos estudiantes; estos iban desde los 10 hasta los 16 años aproximadamente. Todos eran niños de la comunidad tibetana en el exilio. Los estudiantes más avanzados y con suficientes conocimientos en la Literatura, Historia y Budismo, podían pasar a ser parte del personal.
Gradualmente, los programas educativos comenzaron a demostrar un crecimiento y éxito sostenidos, por lo que se brindó admisión, instrucción y alojamiento sin ningún costo. Se dio preferencia a niños que eran, o huérfanos o de familias muy pobres.
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