“A partir de ahora empezamos a comer chancho mañana, tarde y noche.
Voy a desayunar lechón, se entusiasmó Hugo Moyano un día después de escuchar los consejos gastronómicos de la presidenta Cristina Fernández, que el miércoles se despachó en elogios hacia la ingesta de cerdo, carne que –afirmó– “mejora la actividad sexual” y es “mucho más gratificante que el Viagra”.
La avanzada porcino-oficialista elevó al cerdo a un lugar de protagonismo inédito en un país de paladares que mucha devoción no le profesan. Costumbre que, dándole la derecha al kirchnerismo, tal vez debería empezar a cambiar porque el chancho, según indagó este diario, tiene lo suyo, aunque no haga milagros propios de canal porno.
Un rico plato de cerdo es algo bastante infrecuente en las mesas argentinas. Entre las principales carnes es de lejos la menos consumida. Según la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentos, el consumo per cápita de carne porcina en 2009 rondó los 7,80 kilos, cifra que no varió mucho respecto de años anteriores.
En cambio, los argentinos consumieron el año pasado 37 kilos per cápita de carne aviar, principalmente pollo, y 67 kg per cápita de carne bovina (todo un récord). Estos números son una rareza local, porque la carne que más se consume en el mundo es la porcina: poco más de cien mil toneladas, el doble que la bovina.
La mitad de la carne porcina es consumida en China: se calcula que cada chino come por año casi 45 kilos de chancho. Le siguen los europeos y los norteamericanos.
El titular de la Asociación de Productores Porcinos, Juan Luis Uccelli, dijo que en los próximos años el objetivo de su sector es que los argentinos lleguen a consumir 16 kilos por año. Sería un cambio sano porque la carne de cerdo tiene muchas propiedades que es un despropósito no aprovechar. El profesor de la Escuela de Nutrición de la UBA explicó a este diario: “Es la primera vez que le doy la razón a la Presidenta. Ahora la carne de cerdo es mucho más magra que antes, tiene un perfil mucho más saludable. Aunque los niveles de colesterol son similares a los de la vaca y el pollo, su perfil de ácido graso es más saludable. El omega 3 tiene un efecto benéfico en ese sentido”.
La calidad de la carne de cerdo mejoró notablemente en las últimas décadas gracias a que “las técnicas modernas de producción incluyen cuidados especiales, como la alimentación balanceada de los animales”, señala el especialista. La cocinera Jimena Monteverde también se entusiasma con el cerdo: “Hay que desmitificarlo. Tiene pinta de ser más grasoso y hacer engordar, pero en verdad tiene mejores propiedades que la carne de vaca. La grasa se retira fácilmente porque no es intramuscular”.
Por otra parte, comer cerdo puede ser buena una inversión para el bolsillo porque algunos cortes de carne porcina son más baratos que los de carne bovina: un cuadril de cerdo cuesta 18 pesos el kilo mientras que el de vaca está 22 pesos. Un reciente acuerdo de precios al mostrador para la venta de carne porcina establece que una pata de jamón debe costar 8,89 pesos el kilo, una pata de paleta, 7,60 pesos el kilo. En la carnicería Morrone, de San Telmo, el kilo del chancho entero cuesta 27,9 y el pechito 21,9.
Ahora bien, la carne de cerdo tendrá muchas virtudes pero no aquellas en las que puso el énfasis la Presidenta. Lo de que es afrodisíaca es un mito. “No estaba enterada de que el chancho fuese afrodisíaco. Aunque tal vez la Presidenta tenga datos científicos más recientes”, ironizó la sexóloga Liliana Burgiarotti.
Y añadió: “Si en el contexto de una comida con cerdo –costillitas con champán y velas– ponemos los aditivos relacionados al deseo sexual, seguramente comeré con más ganas y me dará más deseo. Pero se trata de mis ganas de tener deseo. La realidad es que no existe un alimento que aumente el deseo, existe nuestra fantasía puesta en ese alimento”.
En sus 40 años como carnicero, José Luis Arribas nunca escuchó que el cerdo motivara el deseo sexual. “Me da risa porque creo que todo esto fue un chiste”, dice apoyado en el mostrador de madera del Mercado Central de San Telmo. El único que cree que la carne de cerdo es hot es el productor Uccelli. “No es afrodisíaca pero mejora la vida sexual –señala–. En países con alto consumo de este producto tienen una sexualidad mucho más armoniosa que la de los argentinos”.
Hasta Macri opinó sobre el cerdo, pero en contra: contó que dejó de comerlo “porque tiene mucha energía”.
Receta hot de Jimena Monteverde:
Hay que desmitificar al cerdo. Tiene pinta de ser más grasoso y hacer engordar mucho, pero en verdad tiene mejores propiedades que la carne de vaca. La grasa, por ejemplo, es visible, y tiene mejores propiedades: se retira fácilmente y no es intramuscular.
Los orientales comen mucho cerdo, casi no usan carne de vaca. Ellos tienen una tendencia a comer con energizantes rápidos y especias, como jengibre, miel y cerveza. De ahí viene la idea de lo afrodisíaco.
Mi receta para un salteado de cerdo afrodisíaco sería: cortar las costillitas en tiras muy finas ponerlas en la sartén con un diente de ajo picado y una cucharada de ralladura de jengibre agregar dos cucharadas de aceite y poner el fuego bien fuerte agregar medio vaso de cerveza (en lo posible sin gas), una cucharada de miel, un chorrito de salsa de soja, sal y mucha pimienta servir con arroz blanco.Eso se acerca bastante a lo que dijo Cristina.
Fuente: criticadigital.com
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