El queso es un alimento con una alta concentración de calorías, en
especial los de pasta dura elaborados con leche entera. Esto se
relaciona directamente con el porcentaje de grasas, donde predominan las
saturadas. Cuanta más se extraiga de la leche antes de su elaboración,
más bajo será el tenor graso del mismo. Por otro lado, a mayor cantidad
de suero, menos grasa.
Desde hace tiempo, afortunadamente, se
pueden encontrar en el mercado quesos de pasta semi dura, fresco y
cuartirolo con menor contenido de grasa y algunos, a su vez, sin sal
agregada. Están orientados a personas con necesidades especiales o bien a
las que desean cuidar su alimentación y hacer prevención. Siempre hay
que leer las etiquetas para evitar confusiones o engaños.
Ranking: los más engordantes
La siguiente es una tabla comparativa de los quesos con mayor cantidad de calorías (valores promedio, por cada 100 gramos):
* Rallado: 460 calorías.
* Quesillo: 440 calorías.
* Manchego (oveja): 420 calorías.
* Rallado light (reggianito): 416 calorías.
* Mascarpone: 410 calorías.
* Cheddar: 410 calorías.
* Stilton: 410 calorías.
* Mar del Plata: 400 calorías.
* Provolone: 400 calorías.
* Sardo: 400 calorías.
* Roquefort: 380 calorías.
* Colonia: 380 calorías.
* Emmental: 380 calorías.
* Pategrás: 380 calorías.
* Gruyère: 380 calorías.
* Provoleta o provolone parrillero: 380 calorías.
* Reggianito: 380 calorías.
* En hebras 4 quesos (provolone, muzzarella, pategrás y reggianito): 380 calorías.
* En hebras reggianito & pategrás: 380 calorías.
* Azul: 370 calorías.
En busca de la pareja “light”
Por
suerte, tenemos a nuestra disposición numerosos quesos rotulados como
“light” con menos grasa y/o sodio. Algunos ejemplos son los untables, la
ricota, la muzzarella, el Por Salut, el Saint Paulin, el cuartirolo, el
rallado y el que viene en hebras.
El valor nutricional y las
modificaciones que se hayan realizado siempre se deben explicitar en la
etiqueta. Así, se puede comparar con el producto común y entre las diferentes marcas, para saber qué nutriente se redujo, en qué proporción y si afecta o no su valor calórico.
Cualquier
alimento con estas características debe incluirse con moderación para
que cumpla su verdadera función. Por ejemplo, en lugar de dos fetas de
queso común, ingerir la misma cantidad del reducido en grasas. Solo de
este modo se ahorran calorías.
Material
extraído del libro “Leche, yogur & queso, sanadores más allá de los
huesos” (editorial Akadia) de la nutricionista Viviana Viviant,
directora del sitio www.nutricionyvidasana.com.ar.
Fuente: entremujeres.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario