Hoy en día, el té dejó de ser una bebida asociada a los malestares
físicos y –si bien hay muchos que la consumen en determinadas meriendas-
para muchos llegó a ser una bebida que puede consumirse todo el día.
Algunos la consumen caliente en el invierno; otros, fría en verano.
Algunos la consideran reconfortante después de una larga jornada de
trabajo o la eligen por sus cualidades antioxidantes. Sea cual fuere la
preferencia personal, siempre existe un té que puede adaptarse a las
necesidades de cada consumidor.
El té es una infusión elaborada a
partir de las hojas deshidratadas de la planta camellia sinensis y
cuenta con más de 20 mil varietales puros en todo el mundo.
Históricamente en nuestro país la mayoría de los consumidores conocía el
té negro, pero lentamente comenzamos a familiarizarnos con el té verde,
blanco, amarillo, oolong y pu erh, así como también con tisanas
populares, como el rooibos.
A continuación, sugerencias para que elijas la variedad más adecuada para cada momento del día.
Desayuno
Generalmente
recomendamos elegir algún varietal puro de té en hebras. En esta comida
necesitamos un té de paladar más intenso y estructurado que pueda
maridar perfectamente con la leche y el azúcar. Indudablemente, el té
negro se convierte en la mejor opción para este momento, solo, con o sin
leche y/o azúcar.
Existen muy buenas alternativas: un delicado té
de la región de Assam (India), que es más dulce y levemente amargo, o
puede considerarse algún varietal de Darjeeling (India), dulce pero
astringente. También existen muy buenas opciones típicamente europeas en
formatos de blends de hebras puras, como los famosos English Breakfast o
Irish Breakfast. Finalmente, puede elegirse alguna hebra negra
proveniente de Kenia, Tanzania (de muy buen desarrollo en las últimas
décadas) o, incluso, Argentina.
Almuerzo
Históricamente,
países como China y Taiwán sostuvieron la tradición de almorzar con té.
Para este momento sugerimos: alguna hebra japonesa verde como Sencha o
Gyokuro, si nuestro almuerzo incluye pescados o cereales; una hebra
china verde, como Lucky Dragon o Imperial Dragonwell, en el caso que el
almuerzo consista en vegetales salteados al wok; o algún té Oolong –como
Ti Kuan Yin o Formosa Oolong- para una opción con mayor proporción de
grasas.
En esta comida el té puede incorporarse al final, no
necesariamente antes o durante el almuerzo. Además, tené en cuenta que
los Oolongs favorecen el metabolismo hepático y son sumamente
digestivos, por eso, son una gran opción cuando elegimos un plato rico
en grasas o cuando la ingesta incluye carnes.
Merienda
Probablemente
ésta sea la ingesta mas asociada al té, con muchas reminiscencias
culturales –especialmente europeas- que popularizaron su consumo de té
en Latinoamérica. Para acompañar “tea breads”, muffins, scons,
mermeladas y crema, podremos elegir un buen “English Evening” (blend de
tés negros suaves para la tarde). Para maridar una merienda típica, será
ideal un clásico Earl Grey (destacado blend con base de té negro, por
lo general, indio o ceylandés con esencia de bergamota).
Cena
La
cena es el momento del día donde necesitamos hebras que nos ayuden en
el proceso de relajación. Seguramente muchas personas cierran esta
comida con una infusión tibia. Para este sutil momento de la jornada,
recomendamos un té blanco o un rooibos. El primero es el más suave y
delicado de todos los tés. El segundo es una tisana de procedencia
sudafricana que, al no poseer cafeína, ser muy rica en oligoelementos y
tener un sabor muy armónico y de fácil aprobación para los paladares no
acostumbrados al té, se convirtió en una bebida muy popular, incluso
para los niños.
Diego Morlachetti, Co-Director de la Escuela Argentina de Té.
Fuente: entremujeres.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario