La historia de la Bonarda en la Argentina es de película: durante años, creció al amparo de la fama de la "otra" Bonarda,
la Piamontesa. Sin embargo, tras realizarse una serie de estudios del
que participó la Universidad Nacional de Cuyo, se determinó que en
realidad se trataba de la Corbeau, una cepa de origen francés, detalles del que diéramos cuenta un año atrás en otro Top 5 dedicado a la Bonarda.
Pero no fue hasta hace un par de años que esta cepa, que se fue adaptando a los diferentes terroirs locales, fue "independizada" de la mano del Instituto Nacional Vitivinícola. Así es como hoy se puede hablar perfectamente de Bonarda Argentina, tal como están promoviendo ya varias bodegas en el frente de sus etiquetas.
A esto se suma otro punto no menor: durante décadas se la destinó a la elaboración de vinos de calidad media o baja. Sin embargo, su reivindicación le llegó en los últimos cinco años, cuando más enólogos se animaron a vestirla de seda y ver qué sucedía.
Y la realidad indica que esta variedad, la segunda más plantada en el país tras el Malbec, logró demostrar su potencial. Es cierto: todavía no hubo una "catarata" de etiquetas de alta gama, pero no es menos cierto que año a año se van sumando algunos ejemplares al mundo de las Bonardas "high class".
Las dificultades para trabajar esta
variedad, por su alto poder oxidativo cuando se expone a largos
períodos de crianza, sumado a que el uso de la madera puede opacar su
tipicidad varietal, generan que sea todo un desafío a la hora de encarar su elaboración. Por eso, alumbrar una Bonarda de alta gama se ha convertido en uno de los grandes desafíos para los enólogos locales.
En este contexto, Vinos & Bodegas presenta un seleccionado de lujo que va de los 75 a los 235 pesos y que sirve para entender qué están ofreciendo las bodegas argentinas en estos segmentos de precios. A tomar nota...
Las Perdices Bonarda Reserva 2010 - Viña Las Perdices - Precio sugerido: $95
Cada vez que desde Vinos & Bodegas hacemos un Top 5 dedicado a esta cepa, siempre tratamos de degustar la última añada de esta bodega, comandada por el enólogo Juan Carlos Muñoz, que viene haciendo un gran trabajo con bajo perfil. Y no nos confundimos. Tras recomendar el año pasado la cosecha 2009, este año vuelve a posicionarse como una de las Bonardas con mejor relación calidad/precio del mercado.
En nariz ofrece una paleta de aromas que incluye fruta roja madura,
algo especiado y esa cuota de hieras aromáticas que le dan complejidad,
sobre un colchón de aromas propios de la madera, como la moca. En boca muestra una textura envolvente, con taninos que van encontrando su punto de equilibrio.
A medida que avanza, la aromática que mixea fruta y notas propias de la
madera se potencia y acompañan hasta su final de larga persistencia. Si
una palabra lo define es "equilibrio". Se consigue en la cadena de
vinotecas EnoGarage.
Montesco Finca Anchoris Bonarda 2012 - Bodega Passionate Wines - Precio sugerido: $75
Matías Michelini, el impulsor de esta joven e
innovadora bodega, es un enólogo de la nueva generación de los que más
ha dado de qué hablar en los últimos años, de la mano de vinos que no causan indiferencia. Y este sello se nota en esta Bonarda elaborada
a partir de uvas provenientes de Tupungato, en el Valle de Uco. Se
trata de un ejemplar que se muestra equilibrado en nariz, con notas
nítidas de frutas rojas, como frambuesas, y trazos especiados sutiles, como el clavo de olor. En boca es un vino de cuerpo medio, con andar suelto y una acidez vibrante que se potencia hasta el final y que lo torna grácil y fácil de beber. Es un vino, fiel al estilo Michelini, que no pasa desapercibido, y que resultará ideal para aquellos consumidores que gustan de los vinos filosos y no buscan tanto esa entrada dulzona que suelen ofrecer otras variedades tintas, como el Malbec. Se consigue en la vinoteca Ozono Drinks.
Emma Bonarda 2011 - Bodega Familia Zuccardi - Precio sugerido: $170
Familia Zuccardi es una de las bodegas que picó en punta a la hora de posicionar a esta cepa en la marquesina principal. Desde hace años vienen experimentando y estudiando las características de la variedad. Y uno de sus grandes logros es esta etiqueta que cualquier amante de la Bonarda debería probar. Es un vino prolijo, con aromas muy francos y nítidos. Nada está enmascarado.
En nariz suma frutas rojas confitadas, un touch láctico, hierbas
aromáticas que se van entremezclando desde el fondo y aromas que
recuerdan al café, propios de su paso por roble francés a lo largo de
doce meses. En el paladar exhibe todo el potencial que esta variedad puede tener en la alta gama: buena concentración, pero amable y con paso jugoso. Final largo con más fruta y trazos de cacao. Elegante y equilibrado.
Gran Dante Bonarda 2009 - Bodega Dante Robino - Precio sugerido: $190
Se trata de una de nuestras Bonardas favoritas que
se consiguen en el mercado. Hay tipicidad, con notas de frutos rojos
abundantes y trazos balsámicos. Pero también hay aromas propios de la
madera, como vainilla. El roble está presente, pero no llega a empañar las características propias de la variedad. En boca ataca con un buen caudal,
con taninos apenas dulzones que compensan la acidez propia de la cepa y
le dan algo de cuerpo y cremosidad. Buen largo, con un final durante el
cual se potencia una aromática llamada a cautivar a los paladares afectos a los Malbec golosos. Si bien no es económico, resulta ser una puerta de entrada más que amable a esta variedad.
El Enemigo Bonarda 2009 - Bodega Aleanna - Precio sugerido: $234
La irrupción del proyecto comandado por el enólogo Alejandro Vigil y Adrianna Catena
marcó un punto de inflexión en el posicionamiento de esta cepa en la
industria vitivinícola. Lo interesante de esta etiqueta es la buena
comunión lograda entre la Bonarda de Rivadavia y un 10% de Cabernet Franc de Gualtallary.
En nariz se destaca por una compleja paleta que incluye notas de frutos
rojos maduros, trazos balsámicos, notas de vainilla, café y un elegante
tostado, heredados tras su paso a lo largo de 18 meses por barricas de
roble francés y americano. Al paladar se presenta muy amplio, con buena estructura -dentro de lo que permite la variedad-, una buena acidez, y taninos pulidos hasta su mínima arista. El resultado es un vino con boca armoniosa y un equilibrio llevado hasta el extremo. Obligatorio para todo amante de la variedad.
Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas iProfesional - vinosybodegas@iprofesional.com
Fuente: iprofesional.com
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