Se trata de un postre que no podía faltar los domingos en casa de
nuestras abuelas a la hora de tomar el té.
Necesitamos:
5 huevos, 5 cucharadas de agua hirviendo, Una taza de azúcar,
un poco menos de una taza de aceite, una taza de harina y una cucharadita
de polvo de hornear.
Y vamos a la preparación: primero batimos 5 yemas con la taza de azúcar y
las 5 cucharadas de agua hirviendo hasta que esté bien espumoso. Seguimos
batiendo y vamos agregando despacito el aceite. Abandonamos esta masa por
un rato y batimos las cinco claras a punto de nieve. Estas las vamos
mezclando lentamente con la masa junto con la harina, a la cual agregamos
el polvo de hornear. Engrasamos y empanizamos un molde para tortas y
echamos la mitad de la masa. A la otra mitad le agregamos una cucharada de
cacao en polvo y la vertemos sobre la masa clara sin mezclar los dos
colores. Ponemos el molde en el horno precalentado a unos 180 grados y
horneamos aproximadamente durante 45´. Sacamos el bizcocho del molde y ya
frío lo espolvoreamos con azúcar de flor (impalpable).
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