Como su nombre lo indica, un
Single Vineyard es aquel vino que cada año se elabora con las uvas que
provienen de un mismo viñedo. El concepto, que gana fuerza en el mundo,
busca acentuar el terruño antes que el estilo de un producto en
particular.
Visto a la ligera podría resultar un
nuevo esnobismo de los productores de vino. Estudiado en detalle, en
cambio, se observa que responde a una realidad que muy poco se
atreverían a discutir, mientras que la enología ha avanzado tanto que
hoy permite hacer vinos de un estándar global de calidad, la realidad
del mercado es que los vinos están destinados a competir sólo en costos y
precio y no es fácil diferenciarse, disparan enólogos de la talla de
Alberto Antonini, consultor italiano con un pie en cada continente. En
ese escenario, la calidad se convierte en un commodity que se puede
reproducir.
Como contra partida, los Single
Vineyard son aquellos vinos que, dentro de ese alto estándar de calidad,
definen su gusto por la procedencia: un único viñedo que cada año, con
sus temperaturas, suelo y condición meteorológica, consiguen un
determinado gusto. Todas variables que no se pueden copiar, por lo que
los vinos resultan únicos y pueden aspirar a encontrar su lugar
distintivo en el mundo.
La tendencia se consolidó
en Argentina a partir del 2007, cuando el concepto, originalmente
acuñado y registrado por bodega Alta Vista, fue cedido al dominio
público. Desde entonces, cada vez más vinos nacionales emplean el
dominativo.
Fuente: La Mañana de Neuquén
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