viernes, 31 de enero de 2014

Un alto nivel de estrés puede llevar a consumir más comida chatarra

Un poco de estrés en pequeñas dosis puede ser un energizante para nuevos desafíos. Pero el estrés excesivo y prolongado puede desencadenar ansiedad, problemas cardíacos, y depresión. Ahora se comprobó que también lleva a consumir más comida “chatarra” (alimentos ricos en grasas), como tortas, helados o hamburguesas.

La relación entre el estrés y la ingesta de ese tipo de alimentos fue demostrada por un estudio realizado por el equipo de Mario Perelló, investigador del Conicet en el Instituto Multidisciplinario de Biología Celular, quien volvió al país después de varios años de formación en los Estados Unidos.

El estudio, que se publica esta semana en la revista especializada Journal of Clinical Investigation , partió de considerar otros trabajos previos: se sabía que en situaciones de estrés, el 40% de las personas comen menos de lo normal, y otro 40% consume más. El equipo de Perelló apuntó a este último grupo, para identificar qué mecanismo interno del organismo conduce al deseo de consumir “alimentos confortables”, con alto contenido de grasas. Y lo investigaron a través de experimentos sobre el comportamiento en ratones.

Empezaron por inducir un cuadro de estrés crónico en los ratones, a través de un modelo que se conoce como conflicto social crónico. Consiste en colocar un animal en la jaula de un ratón agresivo y permitir un encuentro no letal. Durante el experimento, el agresivo ataca al otro ratoncito durante 5 minutos todos los días durante 10 días. Luego del encuentro y durante el resto del día, el ratoncito subordinado sigue expuesto a la amenaza del ratón agresivo por tener que permanecer en la misma jaula, aunque separado por una placa de acrílico perforada (de manera que sigue expuesto a la vista, el olor y los ruidos del animal agresivo. “Este modelo genera un estrés muy potente, que puede ser cuantificado a partir de la medición de hormonas en sangre, y conduce a una variedad de efectos en el comportamiento que ha llevado a que algunos autores también lo consideren un modelo para estudiar la depresión”, afirmó Perelló, al ser entrevistado por Clarín , quien también contó con la colaboración de científicos de la Universidad del Suroeste de Texas, y la Universidad Johns Hopkins.

Analizaron luego los consumos de alimentos, y hallaron que los niveles de la hormona ghrelina, que estimula el apetito, estaban más elevados en los animales con estrés.

“La hormona, que es producida por el estómago, no sólo lleva a consumir más una dieta alta en grasa sino que también potencia el efecto placentero”, explicó Perelló. Como fue realizado en animales, el investigador admite que se necesitarán más estudios, incluyendo la perspectiva de la psicología, para que los resultados sean totalmente aplicables a los seres humano.

“Este nuevo estudio nos lleva a pensar cómo podemos reducir el estrés crónico en sí mismo o cómo se podría detener el aumento de la hormona ghrelina para que los pacientes no aumenten de peso”, puntualizó Silvio Schraier, del servicio de nutrición del Hospital Italiano de Buenos Aires. “El trabajo aporta a la comprensión de los mecanismos hormonales que son desencadenados por el estrés, que es un problema grave –opinó Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés–. Aunque no hay datos de prevalencia, se sabe que la crisis financiera que sufrió la Argentina en 2001 provocó 20.000 infartos más al año siguiente”.

Mucha grasa

Papas fritas. La papa es un tubérculo comestible que tiene un alto valor nutricional. Pero cuando se fríen en aceite además aportan unas 380 calorías cada 100 gramos y un alto contenido de grasas.

Helados. La grasa proviene de la leche y sus derivados y, en menor proporción, del coco y la palma hidrogenados. Una bocha de 100 gramos de helado de crema tiene unas 185 calorías.

Hamburguesas. Por sí sola es un alimento equilibrado: contiene hidratos de carbono, proteínas y vitaminas. Pero la hamburguesa más común posee exceso de grasas con el objetivo de potenciar su sabor.

Tortas. Contienen harina, huevo y azúcar, entre otros ingredientes. La grasa proviene de la manteca o la margarina. En 100 gramos de torta de chocolate puede haber cerca de 30 gramos de grasa.

Tratamientos integrales

La mayoría de los afectados por el estrés crónico piden ayuda médica cuando ya sufren complicaciones, como dolores de espalda, problemas digestivos, fatiga, presión arterial elevada, dificultades para conciliar el sueño o insomnio, o problemas en sus relaciones con los demás. El aumento del peso también es una de las señales.

“El primer paso del tratamiento del estrés es un diagnóstico muy preciso de los estresores que afectan a cada persona”, afirmó Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés. “Luego, se buscan herramientas para que pueda lidiar con las circunstancias que la estresan”, agregó. El tratamiento debe ser integral. Algunos consejos: practicar actividad aeróbica, seguir un plan de alimentación saludable, practicar yoga y meditación para la relajación psico-física, y seguir alguna actividad artística.

Foto: AFP. Hamburguesa
Fuente: entremujeres.com

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