La retención de líquidos es la consecuencia de la acumulación de agua en los
tejidos de nuestro cuerpo, que se produce cuando existe un desequilibrio entre
las fuerzas que regulan el paso de los líquidos de una zona a otra
Nuestro organismo, a través de un complejo sistema de hormonas, está
constantemente ajustando los niveles de líquidos para que se mantengan de forma
permanente. Por eso, si se bebe más agua de la cuenta, no sucede nada, ya que
es eliminada por los riñones en forma de orina o a través de las glándulas
sudoríparas.
El problema se origina cuando, por algún motivo, el cuerpo es incapaz de
eliminar todo el líquido necesario para mantener este equilibrio, por lo que se
produce la llamada retención de
líquidos.
Y es que estar edematizado no significa lo mismo que estar hidratado. El agua
almacenada en nuestro organismo -acumulada en el intersticio y en el espacio
subcutáneo- es la asociada con edemas y retención de líquidos en el tren
inferior (piernas), normalmente inducida por un clima hormonal dominado por los
estrógenos, ayudado por el exceso de sodio en la dieta y una
deficiente circulación por el sedentarismo.
Son varias las causas por las que una persona tiende a retener líquidos. Lo
más frecuente es que se dé únicamente en las piernas y suele deberse a una simple cuestión de gravedad. Allí,
la circulación necesita más fuerza para funcionar bien y, cuando se da un
mínimo desajuste como pasar muchas horas sentado o de pie, puede provocar la
retención.
Al contrario de lo que se piensa, las venas no son tubos estáticos sino
que su recubrimiento permite que entren o salgan líquidos. Pero cuando por
alguna razón el mecanismo que regula la cantidad de líquidos y que debe pasar hacia un lado u otro
de las venas no funciona bien, puede acumularse un exceso de fluidos en
determinadas partes del cuerpo.
Las razones para que esto suceda pueden ser muy diversas: que las venas no
tengan suficiente consistencia para retener el líquido (por ejemplo, várices) o
que haya demasiada presión de la sangre dentro de ellas (luego de estar mucho tiempo de pie)
pueden ser algunas de las posibles causas.
Cuando la retención de líquidos se ubica
también en la parte superior del cuerpo (brazos, rostro, manos etc) puede ser
debido a un incorrecto funcionamiento del riñón. Pero en el caso de
las mujeres es muy habitual que esta retención de líquidos se deba a un desajuste
hormonal durante el ciclo menstrual.
Si al presionar la piel de las piernas queda una pequeña hendidura marcada
y se mantiene durante un tiempo, es indicativo de una retención de líquidos. En
casos con retenciones frecuentes y con edema evidente, se debería acudir al
médico para prevenir ciertas complicaciones relacionadas con la circulación.
Consejos:
Hay dos
cosas que siempre resultan beneficiosas para la salud en general y, en especial, para la retención de líquidos: hacer gimnasia (sobre todo de piernas) y beber abundante
líquido.
-El
ejercicio es clave (especialmente las
actividades sin impacto como por ejemplo, bicicleta o natación) así como
también aquellos con resistencias moderadas y altas repeticiones, ya que activa
la circulación en las piernas a través de la compresión que producen los
músculos sobre las venas, actuando como verdaderos motores de la circulación de
los miembros para luego ser eliminado
por la orina.
-Usar
medias de descanso o elásticas durante el día. Dato clave: idealmente
colocárselas antes de bajar de la cama o temprano por la mañana antes de
arrancar con las actividades, dado que si las utilizamos cuando el edema ya
está instalado servirán de poco. La idea de las medias es prevenir la formación
del edema, especialmente en aquellos con actividades sedentarias tanto de pie como
sentados.
-Elevar
las piernas varias veces al día mejorará el aspecto de los tobillos hinchados. Se
deben colocar los pies por encima de las rodillas y estas últimas por encima de
las caderas, es decir, que entre los pies y la cadera debe formarse un ángulo
agudo.
-Comer
abundantes frutas y verduras. El efecto descongestivo de los flavonoides (presentes en algunas frutas
y hortalizas como la uva), será de gran
ayuda.
-Disminuir
el consumo de sal, pero no suspenderla del todo, ya que el organismo la requiere.
-Evitar la ropa demasiado ajustada, dado que la misma puede dificultar la
circulación.
-Evitar bañarse con agua muy caliente.
Tratamientos
para la retención de líquidos:
Existen tratamientos y
aparatología de última generación no invasiva para lograr el objetivo
de tener las piernas sin líquidos. Es importante hacer un correcto diagnóstico de los problemas asociados, tales
como la existencia de celulitis o arañitas, que son trastornos en donde la
circulación juega un papel determinante.
-La celulitis es un síndrome clínico que afecta principalmente a la mujer y
que implica cambios específicos en el tejido conjuntivo dérmico y subcutáneo,
en el que aparecen alteraciones vasculares (circulatorias) e hipertrofia de las
células adiposas, comprometiendo la estructura normal del tejido adiposo. Puede
estar asociada o no a la adiposidad localizada y ambas influenciadas por
cambios hormonales.
-La ultracavitación: rompe la célula adiposa liberando la grasa y los
líquidos en exceso de la zona, activa la circulación linfática. La
ultracavitación se combina con radiofrecuencia, ésta produce un
calentamiento profundo que afecta a la piel y tejido graso subcutáneo. Dicho
calentamiento estimula la producción de colágeno tanto en la piel
como en el tejido subcutáneo, permitiendo que todo el tejido adquiera firmeza
gracias a la reorganización de los septos fibrosos y engrosamiento dérmico
suprayacente. Por ende, favorece la desaparición de la flaccidez.
-La radiofrecuencia también favorece el drenaje linfático, que permitirá
disminuir los líquidos y toxinas en el que se encuentran embebidos los
adipocitos (células grasas). La disminución de volumen se justifica tanto por
la reducción del edema, como por la compactación a través del tejido conectivo.
-El drenaje linfático manual realizado por una fisioterapeuta experta junto a
la utilización de principios activos produce la mejora del retorno de la linfa
a sus centros colectores, generando un efecto antiedematoso, anticelulitico y
modelado. Se recomienda realizarlo al menos una vez por semana. Otra
alternativa son las botas neumáticas de descompresión de miembros inferiores y
las ondas rusas. Estas últimas, ejercen su acción de drenaje a través de la
activación de la bomba muscular como explicamos antes.
Y como último consejo, siempre contactar al médico que nos indicará el
mejor plan adaptado a nuestra salud en particular.
* Por la Dra Graciela Alejandra Aguirre, MN 100.972, médica cirujana plástica.
Fuente: infobae.com
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